El periodista y técnico en Comunicación Social de la FCEDU-UNER –reconocido por su trayectoria internacional en periodismo narrativo– participó de una entrevista abierta en el Auditorio Rodolfo Walsh, la que se tituló «De la crónica periodística al pódcast: cómo se construye una historia para un público global» | Con esta conversación, se presentó el concurso Entre Ríos en Crónicas, el viernes 10 de marzo.
Con la presencia del periodista Eliezer Budasoff, se presentó en nuestra Facultad el concurso Entre Ríos en Crónicas. Se trata de una iniciativa conjunta entre la Facultad de Ciencias de la Educación y la Editorial Municipal Paraná, que cuenta con la participación de una red de medios autogestivos y convoca a producir crónicas a personas de toda la provincia.
De esta manera, se busca promover la tarea periodística de calidad y, a su vez, la construcción de historias que puedan nutrir de nuevas perspectivas la mirada sobre el territorio entrerriano. Las bases, condiciones y pormenores del concurso se conocerán la semana que viene, según anunció el director de la Editorial Municipal, Julián Stopello.
Para la presentación, que tuvo lugar en el Auditorio Rodolfo Walsh de nuestra casa la noche del viernes 10 de marzo, Eliezer Budasoff, ganador del galardón internacional de crónicas Nuevas Plumas en 2011 y del Premio Gabo 2021 al periodismo narrativo iberoamericano, participó de una entrevista abierta en la que habló sobre sus experiencias como cronista y editor en otros países del continente.
El periodista paranaense, que es técnico en Comunicación Social de nuestra Facultad y actualmente presenta y edita El Hilo –un pódcast de noticias de América Latina coproducido por Radio Ambulante–, brindó definiciones acerca de los distintos roles periodísticos que ejerció a lo largo de su carrera, desde sus inicios en Paraná en la revista Análisis, pasando por distintos medios de la región, hasta su trabajo como editor de The New York Times en Español, Etiqueta Negra y El País en América y México.
Durante la apertura de la actividad, la decana de la FCEDU, Aixa Boeykens, dio la bienvenida a las y los presentes. «Estamos muy contentas y contentos. Siempre es bueno poder encontrarnos para conversar de eso que nos gusta, que en este caso es la crónica periodística y el pódcast», dijo y destacó que la iniciativa pudo ser posible «gracias a un trabajo articulado entre la Facultad y la Municipalidad de Paraná».
Asimismo, mencionó que en 2020 la FCEDU participó junto a la Editorial Municipal de la convocatoria Paraná en Crónicas, que invitaba a escribir sobre personajes, lugares e historias de la ciudad. En aquella oportunidad, que contó con una importante participación de la comunidad graduada de la Facultad, quienes se sumaron «salieron a la calle a buscar nuestras historias; lo hicieron muy bien y daba mucho gusto poder leer sus trabajos», recordó Boeykens, quien formó parte del jurado desde su rol de profesora del Taller de Producción periodística de la Licenciatura en Comunicación Social y coordinadora de la carrera.
Sobre Budasoff, la decana expresó: «Hoy recibimos con mucho gusto a Eliezer, quien no es la primera vez que viene. Nos da mucha satisfacción poder encontrarnos ya que a través de sus producciones, nos invita a poder conocer y disfrutar de las distintas posibilidades que ofrece la crónica periodística, dentro de lo que nosotros llamamos ‘periodismo narrativo’. En ese sentido, por ahí se dice que ‘nadie es profeta en su tierra’ y a nosotros nos gusta mucho que sí seamos profetas en nuestra tierra, y que junto con él y con tantas otras personas que habitamos en Paraná, podamos poner letra, oído, presencia y modos de narrar que nos inviten a descubrirnos, a comunicar, a contar, a estar en los lugares donde las cosas suceden».
A su turno, el director de la Editorial Municipal Paraná, Julián Stopello, explicó que Entre Ríos en Crónicas surgió por «las ganas de ampliar a toda la provincia la convocatoria que habíamos hecho al inicio de la gestión con Paraná en Crónicas, porque si bien hay excelentes cronistas en la Argentina, no veíamos que hubiera iniciativas de estas características en muchos lugares, y en Entre Ríos tenemos una tradición de autoras y autores muy importantes». «Lo volvemos a hacer junto con la Facultad porque aporta la masa crítica de quienes pueden participar de la convocatoria y también porque puede amplificar, ampliar la propuesta a toda la provincia», valoró.
Stopello también se refirió al «trabajo en conjunto con publicaciones autogestivas de Paraná y de otros lugares de Entre Ríos». En esa línea, contó que «la crónica ganadora va a ser publicada de modo simultáneo en todos los medios que participan de la convocatoria» y mencionó las revistas Charco, 170 Escalones, Barriletes y Cicatriz como algunas de las que integran la iniciativa. «Me parece importante ese acompañamiento porque es también poner en valor el trabajo que están haciendo cada una de ellas. Son publicaciones de la autogestión que están generando material de calidad, y justamente la idea es estar juntos para poder fortalecer y poner en valor el periodismo de calidad», señaló.
Finalmente, el director de la Editorial Municipal informó que «la semana que viene se darán a conocer las bases, condiciones y el reglamento de Entre Ríos en Crónicas«. Entre los principales detalles del concurso que se pueden conocer hasta el momento, señaló que las obras serán recibidas a partir del 10 de abril y la convocatoria estará abierta por tres meses. «Más allá de la publicación, habrá premios económicos», anticipó.
La crónica: «Todas las historias pueden volver a contarse»
Tras la presentación del concurso, Eliezer Budasoff respondió las preguntas de Stopello, quien ofició de entrevistador, y luego hubo un intercambio con el público presente en el auditorio Rodolfo Walsh.
Budasoff contó que antes de ganar el premio Nuevas Plumas, de México, cuando vivía en Rosario y «todavía escribía las contratapas de la revista Análisis, una vez por mes en el diario Uno de Entre Ríos, para La Capital de Rosario y hacía ediciones y publicaciones para organizaciones ambientales», decidió emprender un viaje por Sudamérica que duró un año y medio. «Yo tenía el sueño de viajar por mucho tiempo sin fecha de regreso y escribir crónicas de viaje. Tenía la ilusión de que iba a estar escribiendo todo el tiempo y la verdad es que trabajaba lo mínimo indispensable para conservar mis trabajos. Ahí me empecé a dar cuenta de que mi fuerte no era la producción permanente, pero sí me sirvió un montón para leer, para mirar América Latina, y hoy en día, un fuerte de mi trabajo es que yo soy como regionalista, por haber conocido un poco qué pasa en cada lugar«, dijo.
En 2011 escribió El hombre que se convirtió en espejo sobre Nahuel Maciel -periodista que falsificó una serie de entrevistas a importantes personalidades de la cultura-, crónica con la que obtuvo el primer reconocimiento internacional. «El salto se dio cuando gané el Premio Las Nuevas Plumas en 2011, pero fue sobre una historia de Entre Ríos. Cuando yo empecé a trabajar en Análisis, a los 19 años, todos nuestros compañeros contaban la historia de Nahuel Maciel», recordó. «El primer año había mandado otra historia que se llamaba Nueva Esperanza: la ira de Dios, que era de un pueblo en la Amazonía (Perú) en el que todos se habían convertido a una secta y quemaban viva a la gente que no estaba dispuesta a convertirse. A mí lo que me importaba de ese concurso era en realidad la posibilidad de publicar en un montón de medios narrativos que había en ese momento: Etiqueta Negra, el suplemento ADN de La Nación, Soho de Colombia, Gatopardo, la Rolling Stone de Argentina. Me interesaba dar a conocer lo que yo hacía sin la necesidad de pasar por Buenos Aires, y en realidad lo logré al año siguiente contando una historia local«, remarcó.
Volver a Paraná a entrevistar a sus excompañeros de trabajo de la revista Análisis, «fue una gran e interesante experiencia», aseguró. «Algunos me decían: ‘Esa historia ya está contada’. Y yo decía: ‘No; salió en la Revista Noticias, la contó un porteño; nadie sabe lo que sucedió en Paraná’. Nahuel es un tipo querido que sigue escribiendo para el diario El Argentino de Gualeguaychú, y a mí me parecía que faltaba esa mirada de empatía. Viajé dos veces a Gualeguaychú y Nahuel aceptó recibirme pero nunca aceptó una entrevista. Pero me parece que es un gran ejercicio tirar la mirada hacia atrás y decir: ‘No necesito irme a un pueblo perdido en la Amazonía peruana’, al que llegué, sino: ‘Tal vez necesito contar una historia que es súper propia, hablar con mis excompañeros de trabajo’ y ver ahí que efectivamente es como dice Leila Gerriero: ‘No hay una historia que ya haya sido contada’. Todas las historias pueden volver a contarse» reflexionó.
La edición: «una construcción colectiva», con otros tiempos
En 2014, a Eliezer Budasoff le llegó la propuesta de ser el editor de Etiqueta Negra. Aceptó y se fue a vivir a Lima, Perú. «Era mi revista preferida en el mundo. Ahí aprendí una de las cosas de las que estoy súper agradecido, y es que me encanta editar», aseguró. «Editar en Etiqueta Negra implicaba trabajar nueve meses en un texto que no lleva tu firma. Había textos que los investigábamos entre todos, toda la Redacción. Obviamente cada cambio se discutía con el autor, pero era una construcción colectiva. Descubrí que me encantaba editar, que tenía una personalidad que me permitía hacerlo sin tener problemas de ego y que era una gran forma de ganarme la vida sin tener que producir todo el tiempo», confió.
Sobre la exigencia que le demandaba la tarea de editor en una de las publicaciones de periodismo narrativo más prestigiosas por la calidad de sus producciones, ahondó: «La revista, de hecho rompió un poco mi relación con la escritura y la lectura, porque tenía tanta carga analítica sobre cada texto, que ya casi no podía escribir ni leer otra cosa que no tuviese que ver con el laburo. Yo releo las contratapas que escribía en Análisis y me da un montón de envidia cómo soltaba palabras a lo loco, con frescura; mientras fui editor de Etiqueta Negra todo eso se había roto, pero no se había roto para la edición».
En ese sentido, «fue súper feliz encontrar la sala que te pertenece en el manicomio», bromeó Budasoff y señaló que cuando fue elegido editor de The New York Times en Español, «el nivel de obsesión que le ponía a un texto era igual» que con sus trabajos anteriores, aunque la oportunidad le permitió comprender que «había medios donde toda la gente se dedicaba a eso y yo ya no era el loquito al que le importaba demasiado el detalle».
Cuando comenzó a trabajar allí, contó, había que traducir al español textos escritos en inglés para la versión clásica del periódico estadounidense, mientras que un 30% eran nuevas piezas, originales. Allí, «primero empecé a hacer edición, me encargaba de editar traducciones, a veces de traducir; también de comisionar y editar textos originales, como hicimos con la Fiesta de Disfraces de Paraná, la más grande de América Latina», recordó sobre el texto que le encargó escribir a Julián Stopello en 2016, desde la capital entrerriana.
A mediados de 2018, ante la salida de su jefe, Eliezer Budasoff fue ascendido a director editorial de The New York Times en Español, lo que demandaba ejercer otro tipo de funciones. «Implicaba un trabajo de mannagement, otra fase en la que aproveché la oportunidad para aprender mucho. Hice eso un año y medio, todo el tiempo. Me levantaba a las 6 de la mañana mirando el teléfono y a las 12 de la noche estaba todavía respondiendo mensajes. Me gustó pero no es lo que quiero para mi vida; no tengo ambiciones de gerenciar medios. Me gusta trabajar en equipo pero casi toda la energía se me iba en gestionar gente. Éramos un grupo pequeño, pero la gente siempre es conflictiva», consideró.
A fines de 2019, fue convocado como editor de Proyectos Especiales en América para El País de España, rol que ejerció desde México durante tres años. «Lo de Proyectos Especiales era como un eufemismo para englobar de todo: crónicas de largo aliento, reportajes de investigación, producciones para fechas especiales; todo lo que ellos llaman ‘periodismo de marca’. El foco estaba en el producto de calidad, el impacto, la producción de periodismo en profundidad o de propuestas innovadoras», dijo.
Allí, desde su rol de editor, en 2021 ganó junto a su equipo el Premio Gabo en la categoría Texto por La masacre de Tamaulipas: El sueño americano muere en México, que relata la historia de 16 migrantes guatemaltecos que fueron asesinados en territorio mexicano cuando intentaban cruzar a Estados Unidos. «Uno de los ejes principales de la cobertura era la migración y nosotros decidimos formar un equipo para contar esta historia, porque pensamos que a través de esta historia podíamos contar uno de los principales problemas de Centro y Norteamérica. Entonces armamos dos grupos: uno fue hacia el sur, a Guatemala, para rastrear de dónde venían estas personas; y el otro hacia el norte, a rastrear dónde desaparecieron, cuál era el problema, cómo se vivía en los albergues, cómo eran esas rutas que se disputan los cárteles de Jalisco y Sinaloa. Y yo me quedé en el medio, coordinando las tareas y recibiendo los textos, diciéndoles que necesitábamos esto o aquello», explicó.
El pódcast: «uno de los mejores formatos para hacer periodismo narrativo»
Budasoff contó que durante tres años, desde marzo de 2020, trabajó en simultáneo para el País y como copresentador y editor en el pódcast informativo semanal El Hilo, para Radio Ambulante Estudios, «una empresa productora radicada en Nueva York, Estados Unidos, pero que en realidad cubre Latinoamérica», en la que continúa trabajando actualmente a tiempo completo.
«Me sentí completamente seducido por el formato del audio para hacer periodismo«, confió. «El pódcast en este momento vive un boom de audiencia. En toda América Latina se disparó mucho más durante la pandemia. Argentina es el país de mayor crecimiento y en Norteamérica se escucha un montón. A partir de ahí, la industria se empezó a diversificar y a multiplicar», contextualizó.
El pódcast «no es necesariamente como la radio, porque tiene todo el beneficio de poder producir con tiempo. Podría ser como una radio a la carta. Yo creo que para hacer periodismo narrativo es uno de los mejores formatos posibles, porque espontáneamente nosotros nos contamos historias, culturalmente. O sea, vos a tus hijos les contabas historias cuando eran chicos, no las leían necesariamente. Uno lee después, cuando crece. Creo que tiene la magia de contar historias, la intimidad de una voz hablándote al oído y me parece un formato natural para hacer periodismo narrativo«, sostuvo Eliezer Budasoff.
Una de las ventajas que ofrece este formato, es que «podés escuchar un pódcast mientras hacés otra cosa. Podés salir a caminar, lavar los platos o viajar, y escuchar una historia. En cierto sentido, el audio ha reemplazado mucho la avidez por las crónicas largas», consideró.
En este sentido, algunas veces «el audio tiene una potencia que es imposible de traducir al papel. Escuchar lo que sucedía en ese momento es como agregarle una dimensión más a una historia de periodismo narrativo«, expresó.
Presencias
De la presentación de Entre Ríos en Crónicas también participaron el secretario General de la FCEDU, Ignacio González Lowy, y la subsecretaria de Cultura de la Municipalidad de Paraná, Carina Netto, entre otras autoridades, además de periodistas, estudiantes, docentes y público en general.