En 2005, dos estudiantes de Comunicación Social de la FCEDU comenzaron un camino de inserción profesional en el Hospital Escuela de Salud Mental de Entre Ríos, en aquel momento llamado Hospital Roballos | Uno de los estudiantes era Mauro Gieco quien fue nombrado recientemente director de la institución | En el desafío de explorar y profundizar una línea de trabajo articulada e inexplorada hasta ese momento entre la Comunicación y la Salud, se lograron con el tiempo grandes objetivos, por ejemplo, abrir la convocatoria a profesionales de la Comunicación Social en la Residencia Interdisciplinaria de Salud Mental | Recientemente, egresaron como Especialistas en Salud Mental Valeria Vidal, María José Canale y Gastón Vuisso, profesionales de la Licenciatura en Comunicación Social de nuestra casa | Repasamos sus recorridos
Mauro Gieco vino a estudiar Comunicación Social a Paraná desde Santa Clara de Buenavista, un pueblo del centro de la provincia de Santa Fe. Se acababa de estrenar el nuevo milenio. Cinco años después terminó el cursado y sólo le faltaba la tesis. “Yo no quería perfeccionarme ni dirigir mi formación hacia los medios, sino que lo mío –pensaba junto a otros amigos–, estaba más vinculado con instituciones, con otras miradas, otros aportes”, cuenta.
Entonces, junto a Laura Lavatelli se presentaron en el Hospital Antonio Roballos “queriendo ver qué posibilidades de inserción, de aporte, podíamos realizar nosotros. ‘El Roballos’, como se denominaba, nos cautivó y direccionó nuestra apuesta. Luego de recorrer un poco, ya que es una institución muy grande, con muchos trabajadores y muchas personas internadas y con atención ambulatoria, realizamos una propuesta de construcción de un área de comunicación. Nosotros veníamos con muy poca formación específica del campo de la salud mental, pero entendíamos que había otras disciplinas que podían colaborar en que nosotros nos formemos”.
Después de cumplir con los objetivos de trabajo más próximos, “mejorar tanto la comunicación interna como la externa, de una institución con tanto estigma, con tanto desconocimiento”; empezaron a pensar, desde la comunicación, “qué prácticas son necesarias sostener para modificar la realidad de las personas que tienen padecimientos, que no la pasan bien”: “En eso nosotros nos incluimos y pensamos la radio abierta y andariega del Hospital Escuela de Salud Mental que es la Radio Bisagra, que afortunadamente hoy continua bajo la coordinación de grandes colaboradores como comunicadoras, terapistas ocupacionales. Se abrió el juego a otras profesiones porque entendemos que lo que aporta cada uno desde su formación se potencia junto con otros aportes disciplinarios”.
De este modo, desde el área de comunicación se fueron sumando a otros proyectos, como publicaciones, “apuestas que tenían que ver con acompañar a otras personas a que puedan dar cuenta de sus sentires”: “Si hay algo que nos caracterizó es que de a poco se fueron sumando más comunicadores y fueron llegando para hacer sus prácticas y fueron pensándose como comunicadores vinculados con la salud, con la salud mental. Poder pensar en toda la potencia que tiene nuestra disciplina y poder ir abriendo senderos para que nos podamos incluir. No en términos personales sino en que la disciplina se pueda ir instalando como una disciplina más y dejar de ser la rareza que fue en el 2005″, señala Mauro Gieco.
En el transcurso de 15 años, Mauro Gieco egresó de la Licenciatura en Comunicación Social junto a Melina Bruno con un audiovisual vinculado a las prácticas en el Hospital Escuela, que se llama “Ese otro que puedo ser yo: miradas desde el loquero”. Hizo una Especialización en Comunicación y Salud en la Universidad de Córdoba. Lo convocaron para integrar el equipo técnico de la Dirección de Salud Mental de la provincia, a cargo de Alicia Alzugaray. Además de ser educador no formal, se convirtió en mediador comunitario del Centro de Mediación de Paraná. Realizó una diplomatura en de la Universidad Nacional de San Martín “que ha sumado enormes aportes para poder pensarme como profesional de la salud pública”. Y desde hace más de cinco años se desempeña como docente de la RiSAM. En 2017, Alejandro Ruiz –director del Hospital Escuela en ese momento– lo convoca para ser el Secretario Técnico del Hospital “y lo cierto es que fue una convocatoria que me sorprendió”. Dijo que sí y tan es así que “a la fecha fui convocado para asumir la Dirección del Hospital, tarea que me genera un enorme desafío”. Pero lo tranquiliza saber que es un trabajo en equipo: “Uno va junto a un colectivo de trabajadores que piensan la salud mental como un derecho, como un derecho humano, con posibilidades de mejoramiento, con necesidades de gestionar con muchos otros organismos –que no solamente son los de salud– mejores condiciones para nuestros ciudadanos que están atravesando un proceso de padecimiento”.
Residencia Interdisciplinaria en Salud Mental
Dice que eso es un capítulo aparte. La RiSAM en Entre Ríos fue creada en el año 1990, “tiene una trayectoria de más de 30 años. Inicialmente sólo era para médicos, médicas, psicólogos y psicólogas, desde hace más de doce años se han sumado terapistas ocupacionales y trabajadores y trabajadoras Sociales. En el 2016 logramos que Residencias Médicas del Ministerio de Salud apruebe el ingreso de Licenciados en Comunicación Social. El 30 de septiembre egresaron los primeros tres Licenciados en Comunicación Social Especialistas en Salud Mental que son Gastón Vuisso, Maria José Canale y Valeria Vidal”.
Durante el tiempo que transcurre la Residencia, el Estado paga una beca a las personas que mientras se están formando, trabajan en el sistema público. La sede física de la RiSAM de Paraná se encuentra en el Hospital Escuela de Salud Mental (HESM) y es una formación que depende del Ministerio de Salud de Entre Ríos y del Ministerio de Salud de Nación.
Valeria Vidal
“En mi caso en particular me interesó el campo de la salud mental y esta formación cuando surgió porque, en primera instancia, durante mi período de estudiante fui ayudante de cátedra de la materia Psicología y llevé adelante mi tesis en Radio En La Mira 87.7 que es un dispositivo sustitutivo de Salud Mental del Hospital Miré López de la ciudad de Santa Fe. Mi tesis tuvo que ver con la potencialidad de la comunicación comunitaria en un dispositivo de salud mental y el entrecruzamiento entre ambas. En mi caso particular, además, vengo de una familia que siempre ha trabajado la salud publica y específicamente mis dos padres han trabajado en el campo de la salud mental. Es como un campo con el cual siempre estuve bastante familiarizada, me ha generado muchos interrogantes, curiosidades desde bastante pequeña”, comparte Valeria.
Respecto de los espacios formativos, Valeria detalla que además de los módulos teóricos que se dan del primer al tercer año hay espacios de ateneos “donde nos encontramos todos los residentes a contarnos, mediante un escrito que puede ser individual o grupal, nuestra práctica profesional. Y nos hacemos preguntas acerca de la intervención en el territorio, o inclusive en casos clínicos”. Las rotaciones en otros espacios se dan, en primer año en relación a la Comunicación Institucional y Organizacional, en segundo a la Comunicación Comunitaria y en el tercer año, “generalmente, rotamos en espacios más Técnicos, o que tienen que ver con la Gestión y con la Intersectorialidad tan importante en el campo de la salud mental para poder llevar trabajos mancomunados”. En el cuarto año se realiza lo que se denomina una devolución de Prestaciones de Servicios al Estado “por habernos estado formando, entonces el último año no es formativo sino sólo asistencial, mas bien laboral”.
Asimismo, en primer año, los comunicadores y comunicadoras acompañan la Guardia Interdisciplinaria en Salud Mental que es de 24 horas en el HESM: “Este es el espacio mas suigeneris, por así decirlo, donde nos insertamos con otros compañeros de otras disciplinas y profesiones. La verdad que para estar a cargo de una guardia interdisciplinaria es necesario tener mucho manejo de la institución, es necesario atender a lo comunicacional durante las entrevistas con las personas, atender al armado de una Red para poder trabajar con la situación que llega a la guardia interdisciplinaria, son varias las aristas de inserción del comunicador”
Por último, está el Espacio de Producción Interdisciplinaria: “En sus inicios formábamos parte solo los comunicadores que estábamos haciendo la Residencia, donde llevábamos a cabo diferentes producciones. Atendiendo que la Comunicación es una construcción de sentidos, hemos puesto a circular en ese espacio y hemos llevado a cabo, según nuestras intervenciones en los espacios de rotación, diferentes productos comunicacionales. También desde ahí administramos la fanpage de la Residencia. Ahora en el marco de la pandemia hemos realizado campañas comunicacionales para sobrellevar el aislamiento social, preventivo y obligatorio. También en ese espacio hemos generado el CAPAS que es la Cartografía para la Atención en Salud, que es un recursero, que cuenta con diversas instituciones georeferenciadas para al atender situaciones de salud mental poder hacer las coordinaciones pertinentes con diferentes instituciones y con diferentes profesionales”, señala. También forma parte del EPI una trabajadora social y en el marco de la pandemia se sumaron las disciplinas de Medicina y Psicología.
En relación a los espacios de inserción y entrecruzamiento entre la Comunicación y la Salud Mental “son un montón, el primero y el mas fácil de poder señalar es el que tiene que ver con la deconstrucción de la representación social que hay acerca de la locura y la transformación de la representación. Bien sabemos que el tratamiento mediático generalmente de problemáticas que tienen que ver con salud mental no se lleva a cabo con buenas prácticas y es necesario concientizar y que además haya comunicadores que estén especializados en esto, y que también puedan acompañar a sus colegas en el tratamiento de estas temáticas”.
Después, “en relación a lo que tiene que ver con la prevención en salud mental, la producción y circulación de materiales para la prevención en salud es primordial, todo lo que tenga que ver con planificación de inserción en el territorio, planificación de estrategias de promoción de la salud como talleres, intervenciones en diferentes instituciones, campañas. Un comunicador aporta muchísimo y pensar la comunicación interdisciplinariamente es muy interesante para esto”.
María José Canale
“En cuanto a lo que me animó a anotarme a la Especialidad, por un lado, cuando yo estudiaba Comunicación paralelamente estudié psicología. También dentro de la carrera elegí hacer la orientación en Comunicación y Educación y si bien tenía más preguntas que respuestas yo creía que algo del entrecruzamiento entre el campo de la Comunicación, la Educación y la Salud podía llegar a estar presente en un posible recorrido teórico de una Especialidad ligada a la Salud Mental”, cuenta María José.
Cuando decidió concursar estaba trabajando en Buenos Aires para el Ministerio de Desarrollo Social en lo que se llamaba Centros de Desarrollo Infantil: “También en esa experiencia encontré un huequito de trabajo interdisciplinario con quien era la trabajadora social de esa institución, entonces no directamente pero fui bordeando el campo de la salud”. Cuando ingresó a la residencia se encontró con que había un camino que ya habían recorrido compañeras y compañeros comunicadores: “todo ese camino previo desasnado por los compañeros por Mauro Gieco, Laura Lavatelli, Soledad Escobué, es lo que también permite o abre la posibilidad de que se comience a pensar en esto que se vuelve efectivo que es el ingreso de comunicadores en una Especialidad”.
María José Canale remarca que, además de la “pata formativa” que tiene la Residencia, a través de módulos teóricos que se van desarrollando; también hay prácticas que permiten la rotación institucional y en distintos dispositivos: “En mi caso, en el primer año, mi rotación o mi práctica fue en en Hospital de Día del Hospital Escuela de Salud Mental. Estuve en dos dispositivos, un Taller de Emprendimiento y un Taller de Fotografía”. Con el Taller de Fotografía “Fuera de Foco” hicieron un trabajo articulado con la FCEDU-UNER, que se convirtió en sede del taller cada 15 días. También se articuló con la carrera de Gestión Cultural de nuestra casa y organizaron una muestra de fotos interactiva, que fue el cierre de año del taller.
“El Hospital de Día trabaja con un dispositivo ambulatorio, es decir que son usuarios que en ese momento no se encuentran en un periodo de internación sino que están realizando un tratamiento ambulatorio. Pero asimismo es un dispositivo que depende del HESM y que en ese momento se encontraba ediliciamente adentro, por eso fue esta apuesta de poder articular con otras instituciones, como la universidad, para poder salir de lo hospitalario“, detalla.
También se desempeñó en la Escuela Moreno, junto a la Red Puerto Viejo, en Casa del Joven, en el refugio para mujeres que sufren violencias “Inés Londra”. Dentro del Programa de
Residencia también se permite realizar intercambios o rotaciones en otros países: “En mi caso yo me fui a Brasil, estuve casi cinco meses en un CAPS, que sería un efector del primer nivel de atención en nuestro país, en Bahía al norte de Brasil. Trabajé desde el CAPS pero también en articulación con un Centro de Promoción de los derechos LGBT”. Por último, se desempeñó y desempeñará hasta diciembre en la Dirección de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Salud, más precisamente, en el Área de Capacitación y Docencia dirigida por Comunicadora Social Emiliana Olguín. Desde esta Dirección, en el contexto de pandemia, construyeron el dispositivo 0800 COVID y el Plan de Acompañamiento “Cuidar a los que cuidan”.
Todas las prácticas fueron espacios donde el trabajo fue siempre interdisciplinario y se pensó “la comunicación en la salud como una comunicación que necesariamente –o al menos lo que fue mi práctica– parte de la escucha, parte de la mirada y del trabajo con otres”: “En mi caso que hice la orientación en Educación, mucho de mi trabajo estuvo teñido por una perspectiva de Educación Popular y aprendí en la Residencia a poner en dialogo estos campos teóricos con el de la salud Colectiva que esta todo el tiempo dialogando con el psicoanálisis también. Son campos teóricos que se encuentran en la práctica, muy fácilmente”.
Gastón Vuisso
Para Gastón, su inserción en la Residencia “tiene una historia que se remonta claramente al segundo año de la Facultad, en la cátedra de Psicología con el profesor Pablo Yulita que me marcó muchísimo. Conociendo la Teoría de la Comunicación Humana comprendí que los problemas de salud mental tenían una clara dimensión comunicacional, y ahí empecé a desarrollar una obsesión por conocer y tener intervenciones en procesos de comunicación interpersonal. Después con el tiempo, con el avance en la carrera, con algunas intervenciones profesionales y la curiosidad personal fui conociendo el campo de la comunicación organizacional y siempre tuve estas dos vertientes”.
Durante el proceso de elaboración de la tesis supo que se había abierto la posibilidad de concursar y hacer el trayecto de la residencia para Comunicadores Sociales: “La verdad ni lo dudé porque parecía algo hecho al talle de lo que yo siempre quería hacer, el tipo de intervención que siempre había querido hacer. Me parecía muy clara la conexión entre la comunicación y la salud mental y las posibilidades de intervenir. Finalmente concursé, pude quedar y participar del trayecto”.
“La Residencia tiene un tinte claramente psicoanalítico en su concepción de Salud Mental pero también está abierto a otras perspectivas teóricas epistemológicas . Si bien, la entrada fue al campo de la salud por la clave de la salud mental después de variadas rotaciones desde dispositivos en el HESM hasta el Área de Epidemiología de la Dirección de Salud Mental, finalmente, en el cuarto año de la residencia la que en ese entonces era Directora del Hospital San Roque me convocó y el equipo directivo del Hospital me dio la tarea de crear, institucionalizar y desarrollar un Área de Comunicación en el Hospital Materno Infantil San Roque. Ahí pude abrirme más a aspectos de la comunicación en salud, en instituciones de salud, ya en general, ya no tan focalizada a la salud mental. Y ya hoy habiendo terminado mi formación en la Especialización de Salud Mental, estoy a cargo de la comunicación del Hospital San Roque”.
Gastón resalta para terminar que les “queda la marca de tener esa preocupación, esa mirada y ese enfoque. Esa práctica que atiende la salud mental más allá del ámbito institucional específico donde nos toque estar. Siempre vamos a estar atentos a cómo los procesos comunicacionales que se dan tienen un efecto en la salud mental de las personas y a poder, si es posible, diseñar formas de intervenir para que los procesos de comunicación de los lugares donde estemos generen formas de estar de habitar instituciones más saludables“.
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