Mariela Herrera: «Las instituciones públicas tenemos un compromiso, mirar lo que se está negando»

Publicado el: 17 abril, 2017 Última actualización: marzo 1, 2024

Mariela Herrera es Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Entre Ríos, docente e investigadora de la Facultad de Trabajo Social e integrante del equipo de expertos que formuló el «Protocolo de actuación de las expresiones y acciones discriminatorias basadas en las violencias sexistas en el ámbito universitario” para la UNER. Además de trabajar la temática de género en nuestra Universidad, Herrera ha estudiado los cruces entre arte, expresión y feminismo puntualmente en el Encuentro Nacional de Mujeres que se desarrolló en Paraná en 2010.

En un contexto en el que urge poner la atención sobre las formas de erradicar la violencia de género y que cuestiona directamente a las instituciones públicas, la Dra. Herrera profundiza en el contexto que dio origen al “Protocolo…” y explicita aspectos a tener en cuenta para su implementación.

El comienzo

En 2015 surgió la Red Interuniversitaria por la Igualdad de Género y Contra las Violencias formado por 25 Universidades Nacionales entre las que se encuentra la UNER. El propósito de la Red es formar una alianza para problematizar las cuestiones de género en las instituciones educativas de nivel superior, en pos de visibilizar y fortalecer el trabajo contra la violencia y la discriminación en extensión, docencia e investigación.

Según aclaró Herrera, desde 2015 convergen dos cuestiones: la consolidación de la preocupación por la violencia de género en el ámbito universitario y al mismo tiempo, la expresión del “Ni una Menos”, que aparece como un emergente dentro de las manifestaciones sociales y concita el interés y la adhesión de un sinnúmero muy variado de instituciones, organizaciones, movimientos, agrupaciones y mujeres particulares.

Mural en calle Belgrano, Paraná.

«El tema de la violencia sexista y sexogenérica está silenciado en los espacios académicos. Nosotros pensamos que la iniciativa del protocolo revuelve un poco ese campo de silencio y deja aparecer una serie de preocupaciones por parte de las gestiones de cada facultad y de los distintos estamentos respecto a cómo se va a vehiculizar esto», expresó.

 

Hacia la implementación del Protocolo

El Protocolo se ha puesto en circulación en las distintas Facultades de la UNER y la costa del Paraná ha avanzado en su discusión. Además de Trabajo Social, las Facultades de Ingeniería, Ciencias Agropecuarias y Ciencias de la Educación han aprobado el documento y también se lo está trabajando en Ciencias Económicas.

Desde la propuesta elevada por la FTS, se pensó que cada Facultad debería contar con personas expertas designadas a través de concurso para ocuparse de la difusión, concientización y el acompañamiento en la conceptualización de la violencia sexista y sexogenérica en las instituciones. Quienes lleven adelante esta tarea, tendrían que atender las potenciales denuncias y canalizarlas, «es importante que esas personas tengan experiencia en el tema y por sobre todas las cosas atiendan a cuidar las tramas institucionales y subjetivas, cuidando a la víctima, no revictimizándola».

Además, deberían tener a su cargo una evaluación e investigación constante a la manera de un observatorio, para que toda la información y documentación reunida se resguarde y sirva también a estrategias institucionales contra la violencia de género en la Universidad. De esta manera se ganaría contundencia y se superarían las iniciativas aisladas, «hay que hacer algo más elaborado, con datos, que nos permitan describir y plantearnos cómo están siendo estos microcircuitos de violencia», afirmó Herrera. «Son situaciones difíciles, situaciones en donde se juegan conflictos de derechos. Por ejemplo, si un alumno violenta a otra alumna, la acosa verbalmente, la persigue, la amenaza, eso pone un conflicto de derecho porque el alumno alega que tiene derecho a seguir estudiando y la alumna alega lo mismo. Entonces se plantea un conflicto y esas situaciones para las gestiones de las facultades son un problema más. Por eso es necesario tener personal especializado que ya haya tenido experiencia en trabajar con estas violencias para llevar adelante la denuncia con la mayor experticia y pertinencia posible.”

Violencia que engloba

Las expresiones y situaciones de violencia sexista y sexogenérica ocurren en un marco que las engloba y que hace a las relaciones de poder inherentes a una institución como la universidad. «Nadie niega que el profesor tiene un poder, porque sería como negar la esencia misma de una institución, que como dice Focault está atravesada por relaciones de poder», pero además, «hay una estructura patriarcal de la sociedad que está tan metida en las fibras de nuestro cuerpo que hasta las propias mujeres  la reproducimos» -prosiguió-.

A la par que se discute sobre violencia de género aparecen también otras manifestaciones de la violencia en las instituciones, que necesitarían de sus propios circuitos para denunciar, como en el caso del abuso de autoridad. Asimismo Herrera se refirió a que las Facultades muchas veces son espacios a los que los estudiantes acuden en busca de protección por situaciones de violencia extra académicas y las instituciones necesitan poder responder a esas demandas. Como ejemplo, La Dra. Herrera se refiere a la elaboración de un «recursero» en la FTS-UNER, que funciona como una orientación y consiste en una serie de direcciones y de orientaciones para saber a dónde recurrir.

 

La punta del iceberg

La agenda política y también académica en los últimos años ha sido marcada por dos procesos extrauniversitarios, según comentó Mariela Herrera. Por un lado el Encuentro de Mujeres, que en 2017 cumple su edición número 32, y por otro, la Campaña Nacional por el derecho al Aborto Legal, seguro y gratuito. «Tenemos un fuerte involucramiento en los temas de prostitución y de trata que son temas muy conflictivos. Hay un conjunto de leyes, fruto de la década anterior, que garantizan el acceso a derechos: la Ley de identidad de género, Ley de violencia de género, Ley de Educación Sexual Integral. Nuestro país es considerado modelo en el mundo por estos temas, son conquistas a las que no tenemos que renunciar».

A estos procesos se suma la convocatoria del «Ni una Menos»,  que para la Dra. Herrera oficia de «punta del iceberg» porque visibilizó y expandió la problemática, concitando la adhesión de mujeres que no iban a los encuentros o no formaban parte activa del movimiento. «Sin embargo el motivo de la convocatoria del Ni una Menos es horroroso, se trata de la vida de una mujer joven que fue asesinada por estar embarazada y enterrada en el patio de su propia casa. Justamente lo que convoca es la construcción de estos casos, que no son excepcionales sino que suceden todos los días y creo que es esto también lo que hay que atender. Tiene que ser una lucha más sostenida y las instituciones públicas tenemos un compromiso, mirar lo que se está negando. Uno ve la convocatoria pero no vemos la violencia diaria y eso es lo que tenemos que atender los académicos, no solo al emergente sino también lo que éste oculta o de alguna manera invisibiliza. En la Facultad de Ciencias de la Educación hay dos carreras que son esenciales para estas luchas y tenemos que hacernos cargo de lo que nos toca. Hay mucho para hacer y más porque somos una Universidad Pública y tenemos que ir a la par de todas estas conquistas porque con la ley no basta», remarcó Herrera.

 

La performance estética en el Encuentro de Mujeres como caso de estudio

La tesis Doctoral de Mariela Herrera se titula “Mujeres en tránsito y despliegue performático. El XXV Encuentro Nacional de Mujeres en Paraná”.  En este trabajo  Herrera planteó el entrecruzamiento de prácticas artísticas y usos políticos en los Encuentros Nacionales de Mujeres. El trabajo pretende estudiar específicamente cómo se desarrollaron una serie de prácticas artísticas performáticas que reconoce como una «desobediencia estética» en el Encuentro Nacional de Mujeres de 2010.

“El encuentro de 2010 quedó grabado en la memoria colectiva debido a los frentes de las casas que las mujeres pintaron. Esa es la marca que queda después que el río de mujeres deja la ciudad», pero en su investigación, la Dra. Herrera dirige la mirada hacia «las prácticas performáticas en las que las mujeres protagonizan distintos episodios en las calles como el “tetazo” frente a la Catedral o las escaramuzas en la Escuela Sarmiento». Se trata de «relevar la presencia de un fuerte componente estético y expresivo en el tránsito de las mujeres por las calles: pañuelos verdes que tiñen la marcha de ese color, cuerpos pintados, cadenas que simulan la situación de trata, pancartas, graffitis y esténcil con los que expresan consignas programáticas. Todo este conjunto de manifestaciones han terminado convirtiéndose en un componente característico de la construcción programática de los sucesivos Encuentros, protagonizados en cada ciudad-sede, por miles de participantes, sobre todo a partir de 2001», explicó.

En su complejo y ambicioso trabajo, la Dra. Herrera analiza la génesis de esa desobediencia estética y performática y la retrotrae a episodios anteriores de la historia nacional, desde los piquetes y asambleas del 2001 a las Madres de Plaza de Mayo. También la conecta con la emergencia de la performance en el campo artístico, en el cruce que se da entre artes visuales y teatro en la década del 60 en Estados Unidos, donde encuentra los trazos de lo que también ocurrirá luego en Latinoamérica.

«En mi tesis de doctorado estudio tres grupos que intervinieron en los sucesivos encuentros. Uno de ellos es «Mujeres Públicas» que son un grupo de artistas, otro es «La revuelta» que es una colectiva feminista de Neuquén muy protagónica en estas luchas y  «Lesbian banda»,  una banda de mujeres tamboras, como se autodenominan ellas. Después entrevisté gente más comprometida con el encuentro de Paraná». La hipótesis central del trabajo doctoral de Herrera se refiere a «la potencia que se despliega en la ciudad durante tres días de ocupación y las formas de rebeldía y disidencia estética que cada Encuentro repite y a la vez crea, al pulso de la agenda política del movimiento de mujeres, articulado con los feminismos y atravesado por la necesidad de transformar la condición subalterna que resulta de las férreas matrices heteronormativas que encorsetan los géneros y las sexualidades».

 

Sobre la Dra. Mariela Herrera
Se desempeña como docente universitaria de grado y posgrado, extensionista e investigadora. Obtuvo un título de grado como Profesora en Enseñanza Media y Superior en Filosofía y Pedagogía expedido por la Universidad Nacional de San Juan.
Desde su graduación trabajó en docencia e investigación en áreas vinculadas a la Estética y la Epistemología. Es docente ordinaria de Perspectivas Epistemológicas (LCP) en la Facultad de Trabajo Social de la UNER, donde además integra un proyecto de Investigación.
Obtuvo el título de Magíster en Metodología de la Investigación Científica en 2003 y de Doctora en Ciencias Sociales por la UNER en 2016 con una Tesis que aborda los procesos de estetización en las manifestaciones de mujeres y la construcción de agenciamientos performáticos desobedientes.
Es artista textil, ha curado muestras, realizado publicaciones y ha escrito textos críticos para catálogos y libros.

 

 Notas relacionadas:

«El Protocolo contra la violencia sexista busca su aprobación en la UNER«

 

Mariela Herrera: «Las instituciones públicas tenemos un compromiso, mirar lo que se está negando»
Deslizar arriba
Skip to content