Con la participación de 110 cursantes, comenzó una nueva cohorte del ciclo de complementación curricular. El encuentro virtual de apertura se desarrolló el sábado 9 de marzo.
La decana de la FCEDU, Aixa Boeykens; la secretaria Académica, Milagros Rafaghelli y la coordinadora de la carrera, Romina Gallo, dieron la bienvenida a quienes comenzaron a cursar la cuarta cohorte del Ciclo de Licenciatura en Análisis e Intervención en Instituciones Educativas, “que ya lleva siete años de trabajo ininterrumpido”, señaló Gallo. Los destinatarios directos de esta carrera son docentes que se desempeñan en los niveles Inicial, Primario y Secundario, así como personas que trabajan dentro de instituciones vinculadas a estos niveles y organizaciones escolares, con título docente de Nivel Superior. En esta oportunidad, se recibieron 110 inscripciones desde diferentes puntos de la provincia y la región.
“Hay un sistema universitario público que tiene muchos años de historia, que forma parte de la idiosincracia argentina, como lo es también la escuela pública. Más allá de los muchos problemas, y que haya que trabajar para mejorarlo y consolidarlo, nosotros queremos mucho al sistema educativo argentino. Está formado por ustedes, que transitan en distintas instituciones educativas; por nosotros, que transitamos la universidad pública y que también la cuidamos mucho. Esta Licenciatura, junto a otras dos que también se abren en la Facultad, son una apuesta, un deseo de seguir trabajando de manera conjunta entre la universidad y los distintos actores y actoras del sistema educativo, por la formación continua y porque sabemos que además de que posiblemente para muchos sirve para acreditar, para mejorar, sobre todo tiene que servir para pensar y lograr mejoras en los espacios que habitamos”, destacó la decana de la FCEDU.
Por su parte, la secretaria Académica resaltó el trabajo del equipo de la carrera por sostener la propuesta, “en estos momentos que son de mucha incertidumbre”. “Para nosotros es un desafío permanente saber que ustedes se están acercando a una propuesta que le aportará herramientas para pensar, reflexionar sobre sus prácticas e intervenir en la cotidianidad de las instituciones para, en conjunto, mejorar y enriquecer el sistema educativo. Hoy se pone a disposición una propuesta para co-construir entre todos: introducir cambios, si fueran necesarios, o bien valorar lo que se está haciendo para seguir adelante de esa manera”, sintetizó Rafaghelli.
Romina Gallo, como coordinadora de la propuesta, destacó que el espacio, que nació entre 2017 y 2018 con la coordinación de la doctora María Amelia Migueles, “se basa en tres principios políticos y académicos”: “Nos parece importante mantener el vínculo constante entre la universidad y los niveles primario, inicial, secundario. Es muy necesaria la retroalimentación: la universidad necesita repensarse cotidianamente en base a lo que pueden aportar quienes se desempeñan y trabajan en los otros niveles del sistema; y también consideramos que quienes están trabajando en las escuelas pueden nutrirse a partir de los aportes que puede hacer la universidad”, resaltó en principio.
Asimismo, en segundo lugar, remarcó la importancia de la formación continua y de calidad como derecho que garantiza la universidad pública, “frente a una época en la que estamos atravesados por la inmediatez, la fragilidad, sostener espacios de formación que estén sostenidos en el tiempo, que nos encuentren pensando problemas juntos, con la profundidad y el detenimiento que eso requiere”, dijo.
En tercer y último lugar, Gallo señaló la posibilidad del intercambio y el compromiso con el conocimiento compartido: “En una época de fragilidad de los lazos sociales, consideramos también que es un compromiso político y académico de la universidad promover estos espacios de encuentro entre colegas, aprender juntos y fortalecer el potencial de un pensar colectivo. Nos exige un compromiso, además, por el estudio. Porque estudiar, capacitarnos, no es una mera acumulación de saberes, de puntajes o de antecedentes. Estudiar es una manera de transformarnos, de abrirnos a lo desconocido, de trazar nuevos horizontes, para las escuelas y para la sociedad. Hoy, que todo parece estar en riesgo, estudiar es una forma de cuidarnos y de cuidar el mundo. Porque aquí, incluso con un presente difícil, seguimos apostando al futuro, al tiempo por venir”.