Repaso por lo vivido en la Jornada “Evaluación de Políticas Públicas de Inclusión de TIC en Educación”, organizado por el Observatorio de Políticas Educativas de FCEDU-UNER
El pasado 22 de junio el Observatorio de Políticas Educativas de la FCEDU-UNER desarrolló la Jornada sobre Evaluación de Políticas Públicas de Inclusión de TIC en Educación. En dicha actividad estuvieron presentes Marta Kisilevsky, Mg. en Ciencias Sociales, investigadora y experta en Educación, y Viviana Macchiarola, Doctora en Educación y docente de planeamiento e investigación educativa en UNRC. Asimismo, la Prof. Susana Valentinuz y la Lic. Celina Morisse se refirieron a experiencias en el contexto local.
La jornada inició con el saludo y presentación de la Decana de la FCEDU Mg. Gabriela Bergomás, que contextualizó los trabajos de Kisilevsky y Macchiarola en relación a los estudios evaluativos del Programa Conectar Igualdad, investigación que contó con el aporte de 15 universidades nacionales entre las que se cuenta la UNER. Según la Decana, la instancia fue de gran valor en tanto “no siempre se da la ocasión de hacer una etapa de evaluación de este tipo de programas, con una misma muestra. Fue un trabajo muy interesante aplicado en todas las provincias de nuestro país y realmente se convirtió en un compendio de información sumamente importante. En ese marco, los roles tanto de Coordinación como el que cumplió Marta (Kisilevsky) o el asesoramiento metodológico que desempeño Viviana Macchiarola fueron estratégicos para la definición de todo ese trabajo”.
Cuando de evaluar se trata
Kisilevsky focalizó su presentación bajo el eje “Redes en investigación educativa: una experiencia de trabajo entre universidades y nivel central en el análisis de una política pública: el caso del Programa Conectar Igualdad”. La experta del Ministerio de Educación de la Nación destacó la relevancia de la evaluación de las políticas publicas y del estilo del trabajo que llevan adelante desde 2011: “Trabajar en forma colaborativa y en red con instituciones publicas para evaluar políticas públicas no es tan obvio porque muchas veces las políticas públicas son evaluadas por instituciones que son del ámbito privado, organismos internacionales, etc., sin embargo poder dar este espacio a las instituciones públicas para que ellas mismas sean las evaluadoras nos pareció siempre una cuestión muy valorable, y en especial a las universidades que son públicas”, reflexionó.
Centrada en dos interrogantes, cómo se desarrolló el Programa en este proceso de trabajo en red y cuáles fueron los principales resultados de este trabajo colaborativo, Kisilevsky remarcó: “Cuando se hace un trabajo de este tipo hay que tomar distancia de la acción, combinar los criterios de confiabilidad y validez para recuperar la perspectiva de los autores. De eso se trató gran parte de nuestro trabajo en la etapa 1, 2 y 3, en el 2011, 2012 y 2015. También una de las preguntas es si es posible reducir la complejidad de lo que es la política pública a lo que es el artificio de un programa. La pregunta refiere a esta complejidad de que un programa nunca puede abordar todas las complejidades, siempre tenemos que ser conscientes de si es posible o no reducir esta complejidad o al menos, ir focalizando y luego integrando los programas”. Además, se refirió a preguntas comunes a la evaluación de políticas educativas y a los tipos de problemas que se abordan en la evaluación de programas educativos, que describió como difíciles de acotar, “son multidimensionales, porque vienen de factores de índoles muy distintas, sociales, pedagógicos, institucionales, políticos, culturales y psicológicos”, con muchos actores que forman parte de la complejidad del objeto de una evaluación de programas educativos.
El estudio, según explicó, fue dividido en tres etapas:
Kisilevsky también se explayó sobre el contenido del libro “Cambios y continuidades en la escuela secundaria: la universidad pública conectando miradas. Estudios evaluativos sobre el Programa Conectar Igualdad” que surgió de la etapa 2 del estudio, poniendo en valor el carácter cualitativo de esta evaluación.
La experiencia del estudio desde la UNRC
Por su parte, Viviana Macchiarola expuso los resultados del tercer estudio realizado en la Universidad Nacional de Río Cuarto, Córdoba, una de las instituciones partícipes de los estudios evaluativos de Conectar Igualdad. “Los objetivos del estudio fueron identificar desde la perspectiva de los actores involucrados algunos cambios o transiciones en la evolución de los procesos de inclusión digital en escuelas secundarias públicas de la provincia de Córdoba, y en segundo lugar analizar las condiciones que habían posibilitado u obstaculizado dichas transformaciones o transiciones”, comentó. “Partimos de un supuesto -no en términos de hipótesis para corroborar, comprobar, sino en términos como diría Teresa Sirvent, de anticipaciones de sentidos-, de que todo programa que exprese una política publica, en este caso un programa de inclusión digital, se construye y se implementa y se transforma desde los objetivos que propone la política. Esos objetivos son transformados en la implementación cuando se empiezan a entramar condiciones estructurales, institucionales, subjetivos con los objetivos de la política”.
Refiriéndose al contexto conceptual, explicó que se trató de un marco que permitiera construir el objeto de estudio y realizar una lectura de interpretación de los datos. De esta manera, Macchiarola hizo hincapié en el concepto de inclusión educativa como sustento de la propuesta de inclusión digital.
Hacia el cierre de la presentación, Macchiarola se refirió a que más allá de las dificultades técnicas que se le han recriminado al programa, hubo un avance significativo en cuanto al acceso a las tecnologías, repercutiendo en la dimensión cognitiva, pedagógica e institucional. También remarcó que el estudio puso en evidencia que “cada escuela y cada provincia se ha ido apropiando de la política de diferente manera” y esto se transforma en una advertencia para la política educativa de hoy. “El riesgo es un sistema educativo fuertemente desigual y fragmentado como el que se vivió en los años 90”, señaló, poniendo de relieve la necesidad de que el estado nacional no se desentienda y cumpla con el financiamiento a equipos técnicos y a formación de docentes.