Creatividad y comunicación en la cárcel: «Una tarea de la universidad pública que soñamos»

Publicado el: 5 diciembre, 2019 Última actualización: mayo 31, 2024

Alambrados, púas, rejas, puertas, portones, pasadores de metal y muros de concreto forman el paisaje estático de las unidades penales, junto a la presencia contundente de los agentes penitenciarios | Allí, el equipo del Área de Comunicación Comunitaria (ACC) de la Facultad de Ciencias de la Educación trabaja hace trece años, con talleres expresivos destinados a personas en situación de privación de la libertad en Paraná | En 2018 se llevó adelante la primera experiencia en vinculación con la Facultad de Trabajo Social, en el marco del Programa Universitario de Prácticas Integrales en Cárceles (PUPIC).

 

Por equipo extensionista del ACC-FCEDU-UNER

 

El Programa Universitario de Prácticas Integrales en Cárceles (PUPIC) de la Universidad Nacional de Entre Ríos, integrado por equipos extensionistas de las Facultades de Trabajo Social (FTS) y Ciencias de la Educación (FCEDU), tuvo en 2018 su primer año de trabajo.

En diciembre hubo cierres impregnados de celebración, protagonizados por las muestras de los Talleres de Teatro, que incursionaron en el lenguaje teatral y su dimensión comunicativa.

En la UP Nº1 de varones, se llevó adelante la emisión número doce de la ya tradicional Radio Abierta Chamuyo FM, organizada por el Área de Comunicación Comunitaria de la FCEDU, de la que participaron las familias y público en general. En la UP Nº6 de mujeres, las teatristas eligieron llevar adelante una “clase abierta”, de la que participaron invitadas e invitados, quienes fueron -directa o indirectamente- parte del proceso de trabajo.

Teatro y comunicación

Durante 2018 se llevaron adelante dos talleres de teatro, en ambas Unidades Penales, coordinados por la Prof. Paula Righelato. En la Unidad Penal N°1 se desarrolló el Taller de Teatro y Radio Nivel II, cuya primera experiencia, en 2017, había estado orientada al radioteatro. En tanto que en la Unidad Penal N°6 se logró sostener el taller que sus propias participantes dieron en llamar “Diverchiques”, del que resultaron algunas escenas breves, exhibidas en una clase abierta.

 

Llevar adelante un dispositivo de educación y comunicación comunitaria en estos contextos es la tarea propuesta por estudiantes y docentes extensionistas, siguiendo un proceso de formación en la acción. Según la
docente coordinadora de los talleres, Paula Righelato, “crecemos y vivimos en un contexto que propone la homogenización de los cuerpos, los movimientos y el pensamiento. Debemos acomodarnos a las estructuras; los límites respecto de cómo comportarnos socialmente endurecen nuestros músculos y expresiones, nuestras emociones y sentires. El contexto de encierro es certero en esta práctica: allí no se corre, no se grita, no se mira a los ojos; no se construyen relaciones amistosas, no se camina libremente, y a veces, no se ve el cielo por muchos días”.

Este tipo de actividades en el contexto de encierro resisten, por unas horas, las lógicas disciplinantes y la tensión propia de un lugar hostil. “Acá nos sentimos liberados, tranquilos. Porque cuando volvemos al pabellón, volvemos a pensar en que lo primero que tenemos que cuidar es nuestra vida”, comenta uno de los participantes en una de las charlas previas al taller.

Las dinámicas del teatro comunitario circulan alrededor del juego, la confianza y el trabajo compartido. En ese proceso de reconocimiento del otro u otra, van emergiendo experiencias guardadas en lo profundo, las risas y los llantos, los buenos y malos momentos. Así, se fueron escribiendo las páginas que terminaron en la obra “Bar El Quitapenas”, estrenada en la Radio Abierta Chamuyo FM.

 

Por otra parte, en el taller de las “Diverchiques”, se conformó un grupo constituido por un vínculo de mucha confianza, dispuesto para el juego, las risas y las charlas extensas. “En este espacio me sentí libre, porque a mí me gusta actuar. Cuando me avisaban ‘¡taller de teatro!’, corría para acá”, relata una de las participantes que se lució durante todo el año con sus dones histriónicos.

Los lunes a la siesta retumbaban las paredes del pequeño espacio con las carcajadas, las canciones improvisadas, los bailes tradicionales y aquellos que quiebran cadera hasta abajo. Cabe señalar que entre las “Diverchiques” se encuentran una joven madre y su niño de dos años, el participante más pequeño del taller.

Ciclo Cultural

Alambrados, púas, rejas, puertas, portones, muros, pasadores de metal y muros de concreto es el paisaje estático de las unidades penales, junto a la presencia contundente de los agentes penitenciarios. Las familias que vienen de visita transitan las calles, callejones y pasillos en las horas de la tarde, mientras tanto quienes participan del Programa también ingresan a sus espacios de taller o funciones del Ciclo Cultural.

El equipo del Área de Comunicación Comunitaria (ACC) de la Facultad de Ciencias de la Educación trabaja hace trece años con talleres destinados a personas en situación de privación de la libertad en Paraná. Su objetivo
es propiciar espacios creativos de comunicación; y viene organizando además un Ciclo Cultural que acerca expresiones artísticas a estos contextos, en pos de contribuir al acceso a la cultura de las personas en condición de encierro punitivo.

De esta manera, una vez al mes, los salones comunes de las unidades penales se convierten en salas de teatro: escenografías, iluminación y música transforman el clima del encierro. Las funciones de teatro con reconocidos artistas locales y regionales interrumpen el paisaje habitual.

El público siempre respondió enérgicamente a las propuestas, dejando a los artistas conmovidos por el hecho de recibir un ferviente aplauso. «De eso se trata cuando intervenimos en este tipo de contextos, la posibilidad de lo inesperado se vuelve productora de momentos transformadores«, reconocen los y las talleristas.

Cada función del Ciclo Cultural, también, es la posibilidad –para muchos– de asistir por primera vez a una función de teatro.

 

Sobre el PUPIC

Se trata de un Programa seleccionado en el marco de la convocatoria ABREALAS de la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación. El objetivo principal es trabajar en pos de un programa de educación en contextos de privación de la libertad que se extienda además a otras unidades académicas e instituciones penales en la provincia y procure contribuir a garantizar el acceso a los derechos de la educación, la cultura y la comunicación.

El primer año de trabajo fue abonando una red de esfuerzos conjuntos, articulaciones con otras instituciones, financiamientos varios y, sobre todo, una enorme voluntad y convicción de estudiantes, docentes y comunidad graduada de nuestra Universidad.

El camino sigue ampliando los objetivos junto a otras unidades académicas de la UNER, iniciando un proceso que tiende a extender las acciones en otras Unidades Penales de la provincia, ya sea con dictado de cursos u otras iniciativas vinculadas a las funciones de extensión e investigación.

En suma, «seguir fortaleciendo el trabajo de la universidad en la cárcel, una tarea posible y necesaria en la universidad pública e inclusiva que soñamos«, señalan sus participantes.

 

Seguir leyendo: FCEDU y FTS integradas para el trabajo en las cárcelesEl Senado destacó el trabajo del Proyecto de Cárceles del ACC

 

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