En el marco de la Tecnicatura en Gestión Cultural (TGC), el Seminario «Gestión de sectores culturales» dictado por Pablo Feulliade organizó una charla – taller con el reconocido gestor cultural «Corcho» Benítez | Cuál es su concepción de Gestión Cultural, que experiencias viene trabajando en el Instituto de Cultura en Chaco y qué compartió con el estudiantado de la TGC.
Corcho Benítez coordina, actualmente, el Centro Cultural Alternativo del Instituto de Cultura, en Resistencia, Chaco. Su transitar en la gestión cultural inició en la escena independiente para luego abrirse paso en el sector público. Sobre cómo entiende a la Gestión Cultural, expresa que «en principio, fuera del aspecto profesional de la gestión, tiene que ver con el deseo de hacer de que las cosas sucedan. Es el impulso por pensar, problematizar algunas cosas y tratar de ponerlas en movimiento. También la gestión cultural puede tomarse, por un lado, como la gestión y administración de recursos pero también está la idea de algunos que la piensan como gestar, dar vida a espacios de dialogo, espacios de encuentro, espacios de problematización, de discusión. Gestión cultural puede ser un gesto, un gesto político, un gesto ideológico, un gesto estético. Uno decide emprender de manera colectiva o reivindicar determinadas cuestiones y está definiendo gestos. Eso también es la gestión, un posicionamiento. También es la idea de gesta, de pensar que la cultura es un discurso transformador poderosísimo y la gesta de llevar ese discurso al más alto plano de la vida de las personas y de las políticas publicas«.
Su paso por la FCEDU fue en el marco de la Tecnicatura en Gestión Cultural para compartir algunas experiencias particulares. Benítez inició sus pasos en el sector independiente pero hace bastante tiempo que trabaja en el sector público. Su interés se centra en el vínculo, para pensar las políticas públicas en dialogo y participación con el sector independiente, con los colectivos culturales, con las asociaciones, con los artistas. «Me interesa mucho pensar las instituciones que tenemos y las que necesitamos en términos de participación. La gestión puede hacer un aporte importante en generar marcos normativos más amplios, espacios de participación mucho más profundos. Políticas que tengan su razón de ser en las demandas y reflexiones de una comunidad, de un colectivo, de la sociedad. La gestión cultural puede hacer mucho por lograr empezar a pensar la cultura en sentido de participación, de recuperación de memoria, de decires propios, situados. No pensar la gestión pública como productora hegemónica de la cultura, sino como un favorecedor. Pensarla, sobre todo, pública y en diálogo con el sector independiente: que sea ese espacio que oxigena para que esas expresiones se desplieguen y no transformarse en un productor del Estado, ni en un regulador de la cultura popular«.
Benítez entiende que debe haber una mirada de la política pública que tienda puentes, que genere nexo, que pueda hacer confluir espacios que, a veces, aparecen estancos como la calle, el auditorio, los saberes previos, los nuevos conocimientos, la cultura popular, las vanguardias. La gestión cultural, según el gestor chaqueño, puede favorecer el enriquecimiento mutuo de esos espacios, como puede favorecer los procesos de identidad y que estos a su vez sean abiertos, que este contemplado lo dado pero también lo por adquirir. «La cultura exige una problematización, un pensamiento crítico. La cultura no sólo es un aspecto benéfico sino que también incluye sectores en disputa, en tensión. Hay desigualdades, conflictos y el rol de la gestión cultural y de las políticas publicas es poner en relevancia esas tensiones, esas discusiones«.
La charla – taller para los estudiantes de tercer año de Gestión Cultural de la FCEDU, estuvo orientada a retomar la experiencia de trabajo en el centro cultural donde «Corcho» Benitez se desempeña y que depende del Instituto de Cultura. Durante la jornada fue desarrollando algunos posicionamientos con respecto a la gestión desde una mirada más conceptual y reflexiva.
Por el otro lado, se abordaron herramientas metodológicas para la elaboración de proyectos y armado de diagnósticos y herramientas participativas para establecer el lugar en donde pararse para gestionar, es decir, reconocer «con qué se cuenta, no sólo desde los aspectos tangibles sino también desde los intangibles, que están en juego a la hora de encarar un proyecto cultural», señaló.
También trabajaron en la reflexión y armado de mapeos, para identificar «dónde se genera valor y dónde no, con quiénes se vincula, con quiénes se establece reciprocidad, qué fuentes de financiamiento están al alcance; qué aspectos normativos, legales, jurídicos conocemos del ámbito en donde se desarrolla el proyecto».
Benítez desarrolló, además, aspectos reflexivos y prácticos con énfasis en «la discapacidad, la cultura y la accesibilidad, que nos parece un tema muy importante a tener en cuenta a la hora de pensar los proyectos culturales. De qué hablamos cuando hablamos de accesibilidad, los paradigmas actuales en relación a la discapacidad, cómo la pensamos, cómo las instituciones piensan la discapacidad, qué rol le damos a las personas con discapacidad en nuestra institución, en nuestros proyectos». La idea de accesibilidad cultural se transformó en un nuevo factor para incorporar a los proyectos, instituciones y organismos en los que el estudiantado de la TGC estén trabajando.
Acerca de Corcho Benítez
Es uno de los gestores culturales más activos de la escena nacional. Se formó en Gestión de las Artes (ABACO, Córdoba 2014); Cultura y Comunicación (Flacso, 2015) y Derechos Culturales (Centro Cultural de la Cooperación, 2017). Además está cursando el Posgrado Internacional en Políticas Culturales de Base Comunitaria también por Flacso e Ibercultura. Fue seleccionado para becas por organismos nacionales e internacionales, la AECID (España) para el programa Agita el Continente, el Centro Cultural de España en Rosario para el seminario Diseño y Evaluación de Proyectos para el Desarrollo. En dos ocasiones fue elegido por la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura) para el VII Campus Euroamericano de Cooperación Cultural (España) y para un trabajo de investigación sobre Infancia y Participación Infantil en Fundaçao Casa Grande (Brasil).