Fue con un conversatorio del que participaron su hija, Bárbara Caletti; las profesoras Alicia Entel y Carina Muñoz; y el docente Sebastián Rigotti. Además, en la Biblioteca Nélida Landreani de la Facultad se descubrió una placa que señala el lugar donde se encuentran disponibles los libros que pertenecían al profesor Caletti, quien falleció en 2015.
Con motivo de la apertura del fondo bibliográfico del profesor Sergio Caletti en la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNER, se realizó el conversatorio Las huellas de Sergio Caletti en la FCEDU. Aportes al campo de la investigación en Comunicación, este viernes 16 de agosto en el Auditorio Rodolfo Walsh.
Del panel participaron la hija del profesor, Bárbara Caletti, quien donó a la Facultad más de 3.000 libros que integraban la biblioteca personal de su padre luego de su fallecimiento; Alicia Entel, amiga y colega de Caletti tanto en la UNER como en la Universidad de Buenos Aires (UBA); Sebastián Rigotti, compañero del profesor en la materia Investigación en Comunicación y actual docente de la cátedra que está a cargo del profesor Ricardo Diviani; y Carina Muñoz, quien también integró el equipo docente que Caletti lideró por más de 20 años en la Licenciatura en Comunicación Social.
La decana, Aixa Boeykens, agradeció a Bárbara Caletti por la donación y por su presencia en el conversatorio, al igual que al resto de integrantes del panel.
Reconoció el trabajo de la gestión encabezada por la decana Gabriela Bergomás quien, a través de la Resolución 283/16, aceptó la donación de la biblioteca privada del profesor Caletti tras su fallecimiento y tramitó el traslado de los libros desde Buenos Aires a Paraná.
En el mismo sentido, Boeykens destacó al personal de la Biblioteca Nélida Landreani por el enorme y minucioso trabajo de organización, catalogación y ordenamiento de los libros que, en articulación con la labor de otras áreas, finalmente permitió poner el fondo bibliográfico del profesor Caletti a disposición de la comunidad académica.
La decana también se refirió al sentido del título de la actividad. “Sin dudas, cuando hablamos de huellas, hablamos de memorias. Esta propuesta invita a pensar en cuáles memorias queremos reconocernos e identificarnos como institución, se trata de una memoria que tiene que ver con todas esas personas que nos formaron a gran parte de nosotras y nosotros y nos siguen desafiando a pensar, a interrogarnos, a poder preguntarnos cosas y verlas desde otros lugares. Tuvimos la suerte de que fueran docentes nuestros y hoy, tiempo después y ya con un camino recorrido en el campo de la comunicación y la educación, seguimos construyendo y dialogando en base a todos esos mismos desafíos que nos plantearon. A pesar del contexto actual bastante adverso que nos toca atravesar y del desfinanciamiento educativo, sabemos que es a partir del trabajo productivo, de las nociones de igualdad y de derechos en donde debemos encontrarnos y desde donde queremos seguir pensando, trabajando y proyectando. Hoy el fondo bibliográfico está disponible y lo celebramos porque ante la falta de presupuesto, salarios por debajo de la línea de la pobreza y la inflación que dificulta nuestras actividades cotidianas, continuamos llevando adelante distintas propuestas que nos permiten encontrarnos para seguir fortaleciendo el espacio de la universidad pública y sus vínculos con la sociedad”, expresó.
Las huellas de Sergio Caletti en la FCEDU
En la apertura del conversatorio, la profesora Alicia Entel, que participó de manera virtual, destacó la idea de que “en tiempos de desmemoria, hagamos memoria a partir de una biblioteca”. En este sentido, dijo que “la biblioteca es una gran memoria de nuestras vidas, nuestros pensamientos, ideas, acciones, visiones del mundo y trayectorias. También se apuesta a una continuidad de esa vida que estaba encerrada en páginas. En estos tiempos, hablar de libros y de la importancia que tenían los libros para Sergio Caletti, del concepto de ‘cultura general’, entusiasmar a los estudiantes a que lean libros y a tocar el objeto libro, es un desafío enorme porque no solamente estamos en tiempos de digitalizaciones sino que además hay dificultades para comprar los libros, y en este punto las bibliotecas cumplen un papel fundamental”.
En otro tramo, refirió que el profesor Caletti “era una persona muy exigente, ante todo consigo misma, y tenía una altísima capacidad de argumentar, lo que en las discusiones era algo altamente motivador”. En este sentido, sostuvo que “sin que esto sea algo negativo, buscando el modo más amable, la exigencia tiene que formar parte de la vida universitaria: la exigencia de pensar, de pensar contra el propio pensamiento o contra lo que tenemos naturalizado. Y esto nos lleva a otro lugar, que es el de la militancia intelectual. En estos tiempos contemporáneos neofascistas de términos absolutamente distorsionados, hoy más que nunca, esa enseñanza que pusimos mucho en práctica con Sergio de militancia intelectual, es fundamental. Es una siembra, para que los estudiantes no sólo digan frases sino que planteen problemas, debatan ideas”. Y concluyó: “Me parece excelente la propuesta. Recorramos esa biblioteca y sigamos no solamente debatiendo ideas sino también concretándolas, en estos tiempos de tanta tiniebla”.
Por su parte, Bárbara Caletti agradeció a la Facultad por la convocatoria y contó cómo fue la decisión de donar la biblioteca de su padre a la FCEDU. “Toda mi vida, la biblioteca fue como un monstruo que iba creciendo a tal punto que en un momento le reclamé a mi papá que no me podía sentar porque hasta las sillas estaban llenas de libros. Cuando murió, en algún momento me di cuenta de que había que hacer algo con esa biblioteca y él no me había dicho nada, no había un encargo específico. Entonces embalar esa biblioteca para el que fuera su destino, era una manera de despedirme, de atravesar el duelo. No me había dicho qué hacer con los libros y sin embargo, no tuve muchas dudas: siempre estuvo muy claro que tenía que ser donada a un lugar público, a una universidad, porque la vida de mi papá estuvo, al menos desde la vuelta de México, totalmente implicada con la vida universitaria. Muy claramente se vio a la UNER como la mejor opción, no solamente por las facilidades institucionales que nos brindaron, sino también porque mi papá tenía el sueño de venirse a vivir la jubilación acá. Tenía un amor a la ciudad y a la UNER”, confió.
A su turno, Carina Muñoz sostuvo que “una circunstancia como esta es tan conmovedora porque la palabra ‘huellas’ era una idea que Sergio usaba mucho, para decir cómo él entendía los recorridos que hacían los autores. Y retomando lo que decía Alicia de la palabra ‘memorias’, también pensaba en esto de la biblioteca personal, de lo privado y lo público, la biblioteca pública. La biblioteca personal es también política y pública. Y felicito a Bárbara por esta gran decisión, porque sé el trabajo duro que es desarmar la historia intelectual, esas materialidades que son los libros, que de algún modo condensan el trabajo de tu padre. Te tocó desarmar esa biblioteca, con mucho amor recorriendo ese momento doloroso y pensando en un destino compartido y compartible, lo que me parece una cosa muy bella y que conecta con el lugar de un militante de la educación pública y la comunicación social desde el mejor de los sentidos. Hubiera estado bueno que estuviese en cualquier universidad, pero en Paraná yo creo que efectivamente las huellas de Caletti se ven en muchos de nosotros de muchas maneras”.
Sebastián Rigotti, en tanto, agradeció a cada integrante del Departamento Biblioteca por el trabajo realizado y al equipo de gestión de la FCEDU por “materializar la decisión política de poner a disposición una donación que es colosal y que tiene una historia propia, en tanto es parte de la sala de máquinas de la producción intelectual de Sergio”.
El docente contó que en su tesis de maestría, en base a la que proyecta editar un libro, realizó una operación reconstructiva sobre un corpus de producciones hechas por Sergio Caletti desde 1991 hasta un escrito póstumo de 2016, lo que le permitió postular que el profesor había escrito, aunque desordenada, una teoría general desde las Ciencias Sociales y Humanas, específicamente desde los Estudios en Comunicación. “Sergio postula una teoría de la producción social de significaciones que da cuenta necesariamente de la hechura social de la realidad en tanto relaciones sociales de subjetivación y objetivación y a partir de ahí, distingue esta dimensión de análisis propia de los los Estudios en Comunicación que es una dimensión bifrontal entre la información y las significaciones. Esta teoría general, además, cobra un matiz de relación con la cultura y con la política. Da cuenta no solamente de lo que es el mundo en términos relacionales y atributivos respecto de la subjetividad que lo conoce, sino también de la transdisciplinariedad que es constitutiva de las Ciencias Sociales y Humanas. Retoma las condiciones históricas de posibilidad de los Estudios en Comunicación, cuáles serían algunos de sus objetos de estudio y sus operaciones reconstructivas, tomando más de una época de cada perspectiva”, explicó.
Finalmente, Rigotti concluyó: “Esa biblioteca que ahora es compartida y accesible a todos y a todas, da cuenta de ese trabajo denodado, de esa necesaria exigencia en la operación de lectura y del respeto por los autores y las autoras. Nos toca volver sobre los pasos de Sergio para decir desde nuestro campo de estudio que tenemos a uno de los grandes pensadores no sólo de Argentina sino también de Latinoamérica respecto de la Comunicación, con un reconocimiento pleno”.
Apertura del fondo bibliográfico del profesor Sergio Caletti
Tras el conversatorio, las personas presentes se dirigieron a la Biblioteca Nélida Landreani de la FCEDU, ubicada en la sede de Alameda de la Federación 105, donde se presentó el sitio en el que están disponibles para su consulta las obras que pertenecían a la biblioteca personal de Sergio Caletti. Los libros del profesor se encuentran distribuidos en las estanterías móviles ubicadas en el sector de la Biblioteca destinado a la Hemeroteca Marta Elena Peraita.
Allí, el jefe del Departamento Biblioteca, Hipólito Deharbe, contó que se trata de poco más de 3.000 ejemplares, cada uno de los cuales requirió la confección de su correspondiente acta de donación, los que debieron inspeccionarse, clasificarse, sellarse e inventariarse uno a uno, entre otros procesos técnicos y administrativos que -pandemia mediante- ralentizaron el arduo proceso. Del trabajo participó el equipo de Biblioteca en conjunto con otras diversas áreas de la Facultad y la colaboración de estudiantes becarias/os cuyo recorrido en la Licenciatura en Comunicación Social les permitió ayudar a clasificar mejor el material según su especificidad.
Sobre las características de los libros de Caletti, Deharbe dijo que estaban todos en muy buen estado y se refirió a su diverso contenido. “Nos encontramos con un material valiosísimo. Cuando hicimos el procesamiento, notamos que cubría todas las áreas del conocimiento, es decir las nueve áreas que se consideran en Bibliotecología. La cantidad más fuerte se ubicó en el área 1, que es todo lo relacionado a ciencias sociales, filosofía, psicología, política, comunicación; pero hay ejemplares que abarcan todas las numeraciones y eso nos habla de la amplitud de lecturas del profesor Caletti y que hoy resulta muy enriquecedor para nuestra biblioteca”, expresó.
En ese sentido, también realizó una solicitud a las personas que accedan a los libros: “Les pedimos que en la medida que los vayan retirando y vayan viendo términos significativos asociados a cada obra que nosotros no hayamos tenido en cuenta, los aporten para que los incorporemos a las palabras clave, que son las que luego nos permitirán, a partir de su búsqueda, recuperar esos libros de manera colaborativa”.
Quién fue Sergio Caletti
Rubén Sergio Caletti fue vicedecano, consejero directivo, investigador y, durante más de dos décadas, profesor titular de la cátedra Investigación en Comunicación de la Licenciatura en Comunicación Social de la FCEDU-UNER.
También fue decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA entre 2009 y 2014 y profesor en las universidades Autónoma Metropolitana de México y nacionales de Quilmes y San Juan.
Durante su carrera, se convirtió en uno de los docentes que, con su compromiso, contribuyeron a la formación y consolidación del campo de la Comunicación en Argentina y, más particularmente, en nuestra casa de estudios.
Falleció el 15 de noviembre de 2015 en Buenos Aires. Un año después, el Aula E5 de la FCEDU fue bautizada “Sergio Caletti” en su memoria.