Juan Bracco, en primera persona

Publicado el: 11 agosto, 2020 Última actualización: septiembre 16, 2024

Es comunicador social de la FCEDU, se desempeña como periodista, fue el encargado de armar del área de comunicación y prensa del Ministerio de Desarrollo Social de Entre Ríos y tiene en preparación su tercer libro | Su experiencia, en primera persona.

 

Nació y vivió en Concordia hasta que vino a estudiar a Paraná en 1995: “Tendría que haber comenzado mis estudios un año antes, pero fui sorteado para el servicio militar obligatorio y, pese a que me dieron la baja al momento del reclutamiento por un problema médico, debí quedarme un año más en mi ciudad. Mi clase fue la última que estuvo bajo bandera: el asesinato del soldado Carrasco durante la instrucción forzó la revisión del sistema, que dejó de ser obligatorio al año siguiente”, cuenta Juan.

El paso por la Facultad lo define como “muy intenso”: “Hay una maldición china que dice deseo que vivas una época interesante y los ’90 lo fueron. Tuve compañeros y compañeras increíbles que me ayudaron muchísimo no sólo a poder continuar estudiando, sino también a poder mantenerme lejos de mi familia y luego a ingresar en el mundo laboral. Con ellos compartimos no solamente los momentos en clase, sino también la militancia política, a pesar de que veníamos de identidades partidarias muy distintas”.

En 1995 fue el debate por la Ley de Educación Superior: “Militamos en contra y con mucha fuerza pese a lo cual se aprobó y aún sigue vigente. De allí surgió un grupo con mucho compromiso y apego a la Facultad, La Zafra, grupo de trabajo con el cual hicimos mucho para mejorar el cursado de materias y las condiciones de estudio, llenando el espacio que dejaba el Centro de Estudiantes, por entonces en manos de la única agrupación política que existía en la Facultad, la Franja Morada, una organización que se había alejado de lo mejor de sí para comenzar a reproducir dentro del ámbito universitario el menemismo que criticaba en el gobierno. Prueba de ello es que muchos de sus cuadros terminaron directamente trabajando para la gestión de Mauricio Macri o siendo funcionales al último proyecto político neoliberal que tuvo la Argentina”, asegura.

Juan Bracco relata cómo cuáles fueron los pasos que siguieron a La Zafra: “En conjunto con otras identidades, surgió luego la Lista Independiente, que le arrebató a la Franja la mayoría del Consejo Directivo, y luego la agrupación Atahualpa, que terminó haciendo lo mismo con el Centro de Estudiantes. Esto fue sobre fines de la década. No tuve participación directa en esos momentos porque había empezado a trabajar y eso me quitaba mucho tiempo, pero tengo presente que había una clara distinción entre la discusión política y las relaciones personales. Recuerdo haber estado discutiendo horas con Marcelo Guouman y, una vez terminada la disputa, habernos quedado tomando mate, hablando él de Viale y yo de Concordia. O, tras una elección, haber ido a saludar a Enrique Raffín, luego de que Franja haya perdido el Consejo y regalarle una tapita de Pepsi que decía ‘seguí participando’ y reírnos los dos, porque la política es alegría y no drama”.

Juan señala que el paso por las aulas le permitió, además, conocer a grandes docentes “a quienes recuerdo con mucho afecto y cariño; también a otros que prefiero no recordar”: “Susana Berger me enseñó a hacer una monografía; con Alejandro Horowicz y Guillermina Seri aprendí no sólo categorías del análisis político sino también un método de estudio que me ayudó mucho en toda la carrera; con Iglesias entendí que había que echar mano a lo que el otro sabe y entiende para poder hacerle comprender algo que no conoce o no comprende; de Guillermo Alfieri aprendí el oficio de escribir; María Elena Lothringer prácticamente me enseñó de nuevo a leer, venciendo mis resistencias sobre García Márquez y de Fernando Segovia me quedó que tengo que cumplir en tiempo y en forma y que para aprobar primero hay que dejar de ser un boludo”.

La FCEDU también le dio “los mejores amigos que forjé lejos de mi infancia. Con Gustavo Martínez, Nicolás Blanco, Hernán Lucca, Jorge “Coki” Toum, Hipólito Ruiz y otros más conformamos la peña ‘El Clásico’. Cada mes nos juntábamos, antes de la pandemia, a compartir una picada o un asado. Para llegar a la paridad de género debo destacar que también me regalaron una amistad entrañable Francisca D’Agostino, Florencia Aizaga y Romina Guillén”. Según cuenta Juan, precisamente, Nicolás Blanco fue quien le abrió las puertas para que comience a trabajar en 1997: “De no haberlo hecho, no habría podido seguir estudiando. La beca del Inaubepro me ayudaba muchísimo, pero no alcanzaba. La primera experiencia laboral resultó decisiva: fue pasar de cero a cien en menos de diez segundos. Fuimos durante muchos años productores de un periodista muy importante por aquel entonces, Adrián Trucco, que falleció muy joven a comienzos de siglo. Llegamos a producir tres programas diarios de radio, uno de televisión abierta y otro para la red de cables de la provincia por semana”. 

Esa experiencia –opina– “fue fundamental para dejar de lado una discusión baladí que se daba en la Facultad sobre si éramos periodistas o comunicadores sociales. Yo soy periodista. Estudié y me gradué en comunicación social”.

Volviendo a la política universitaria, Bracco entiende que su “filiación peronista me trajo muchos sinsabores”: “Vaya uno a saber porqué, pero en aquel momento nos miraban torcido a los justicialistas en la Facultad, aún si abjurábamos de Menem y sus políticas. En 1999, cuando la Alianza se impuso en las elecciones presidenciales, ingresé tarde a un aula y un profesor ya fallecido, me dijo: “Mi más sentido pésame, compañero”, enfatizando en la palabra ‘compañero’ un tono peyorativo. Hoy eso tendría otra lectura y consecuencias”.

En 2011, el justicialismo lo convocó “para que ocupe el área de comunicación y prensa del Ministerio de Desarrollo Social. Hubo que armarla de cero, porque la cartera era nueva, echando mano a los recursos humanos que existían e incorporando gente que no sólo tuviera saber técnico sino la sensibilidad humana para un área que es diferente a todas las demás de la administración pública. Estuve allí hasta 2018. Los últimos tres años acompañé a la ministra Laura Stratta, también comunicadora social recibida en nuestra casa, y hoy vicegobernadora de Entre Ríos”.

Entre 2000 y 2010 también se desarrolló en la actividad sindical y fue secretario general del gremio de prensa. También escribió dos libros: “El Informe Domenicone” “que reconstruye cómo fueron las políticas de ajuste en la provincia en los ’90” y “Sedición”, “que recrea los hechos del levantamiento policial en Concordia en 2013”. Hay un tercer libro en preparación, “que gira sobre un hecho policial atroz ocurrido en Paraná. Diariamente trabajo como redactor en la agencia de noticias Agencia Periodística Federal (APF) y también escribo en el portal de economía Valor Local, que fundé en 2003″, termina.

 

Producción general: Belén Cacik

 

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