Equipos integrados por estudiantes de Comunicación Social y Ciencias de la Educación lograron el primer y segundo puesto en la categoría Impacto social con propuestas para reducir el desperdicio de alimentos. Trabajaron en conjunto con pares de distintas facultades de UNER, UNT y UADER.
Por segundo año consecutivo, equipos que integraron estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Educación resultaron distinguidos en el Rally Latinoamericano de Innovación 2024, sede Paraná-Oro Verde, que se desarrolló el viernes 4 y sábado 5 de octubre.El equipo integrado por Exequiel Gilez, estudiante de Comunicación Social de la FCEDU, obtuvo el primer puesto en categoría Impacto Social. Por su parte, Ana Sabo, Ornella Correa, Santiago Salva, y Ramiro Alsina, estudiantes de Ciencias de la Educación, lograron con su equipo el segundo puesto en dicha categoría. En ambos casos, el desafío sobre el que trabajaron fue la reducción del desperdicio de alimentos.
Gilez integró el equipo Rotaract junto a Delfina Primitivo (Psicología, FHAyCS UADER); Máximo Brochero Carletti (Bioingeniería, FI UNER); Ayelén Maitena Burgos (Trabajo Social, FTS UNER); Gonzalo Villanueva (Ingeniería Civil – UTN FR Paraná); Ana Lourdes Dobler (Abogacía – UCA Sede Paraná); Rodrigo Nicolás Farías (Psicología, FHAyCS UADER); Ana Belén Zulpo (Psicología – FHAyCS UADER) y Victoria María del Rosario Bogado (Trabajo Social, FTS UNER).
El equipo eligió desarrollar un proyecto para resolver el desafío La problemática de desperdicios alimenticios, que influye en determinados sectores de nuestra sociedad, y que se presenta como un abordaje posible para contribuir al acceso al derecho a la alimentación como acción fundamental para el desarrollo humano.
“En el marco del desafío Residuos alimentarios, abordamos una estrategia mediante una aplicación denominada Alimentarnos. Esta app facilita la conexión y trazabilidad de manera inmediata de las empresas, organizaciones no gubernamentales y el Estado. Con la finalidad de crear un mecanismo sustentable y sostenible que permita repartir alimentos que aún son aptos para el consumo”, expresó Gilez.
En cuanto a la experiencia, subrayó la posibilidad de trabajar con otras y otros estudiantes en “la concentración, el diálogo y la propuesta de ideas sin restricciones. Fue un espacio en donde utilizamos nuestra creatividad y complementariedad de saberes de manera eficiente y efectiva para el bien común”.
“La comunicación con diversos profesionales y estudiantes de otras carreras fue un aporte en nuestro crecimiento profesional y personal”, agregó.
En tanto, Ana Sabo, Ornella Correa, Santiago Salva, y Ramiro Alsina, integraron el equipo Los angurrientos que desarrolló el proyecto que denominaron COM.ER.
Junto a Sabo, Correa, Salva y Alsina (FCEDU-UNER), fueron parte del equipo Nicolás Tron (Facultad Regional Paraná, UTN) y Xiomara Melgar Calveyra, Iara Caballero Calveyra, Esteban Pralong, Silvina Alexandra Acosta y Francisco Aranda Fernandes (Facultad de Bromatología, UNER).
El equipo, que contó con el apoyo del docente de la FCEDU Martín Maldonado -como mentor- eligió para desarrollar su proyecto un desafío que también problematizaba la reducción de desperdicios alimentarios.
“En principio, se nos proponía trabajar este problema pensando en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. De esta manera, intentamos articular esto con las normativas existentes sobre el tema. Teniendo ese marco de referencia y algunos antecedentes investigados (Bancos de Alimentos, etc), propusimos una aplicación móvil que permita unir y transparentar la dinámica entre supermercados y restaurantes con comedores comunitarios y ONG”, explicó Santiago Salva.
Haber participado, reflexiona Salva, fue una experiencia fructífera. “Al comenzar el Rally, con mis compañeres de la facultad nos sentimos un poco nerviosos, costó poder abrirnos espacio en los debates ya que veníamos con un prejuicio muy grande sobre lo que era el Rally y la importancia que tenía para las carreras de ingeniería. Sin embargo, vimos cómo nuestra formación (Ciencias de la Educación y Comunicación) tenía mucho que decir a la hora de pensar una solución. Así, al pensar interdisciplinariamente, fue que nos ordenamos y pudimos trabajar de manera organizada y eficaz, llevando a buen puerto el desarrollo del proyecto COM.ER, el cual se vio representado en un video que permite ver claramente nuestras intenciones”.
En general, “el trabajo fue muy satisfactorio hasta la últimos momentos que ya los nervios nos superaban; estábamos expectantes para lo que pudiera ocurrir en las premiaciones finales. En el momento en que escuchamos nuestro nombre entre los ganadores nos sentimos en otro plano, no entendíamos nada de lo que ocurría, fue una sorpresa muy linda, hasta el punto de llenarnos los ojos de lágrimas. No sé si todos lloramos pero al menos a mí y a muchos se nos pusieron los ojos vidriosos por la emoción de ver recompensado nuestro esfuerzo”, añadió.
En cuanto al evento, destacó: “En lo personal, esto me sirvió muchísimo para mi formación como son el trabajo interdisciplinario con gente de distintos campos, vivir otras experiencias distintas a la que estamos acostumbrados en Educación, problematizar y planificar soluciones, coordinar un grupo de trabajo, entre otras cosas. Por este motivo, estoy y estamos muy agradecidos con todo el acompañamiento desde la facultad, desde el Área de Extensión, desde profesores y desde otres compañeres que estuvieron atentes a lo que necesitáramos”.