Día del Gestor y la Gestora Cultural: tres miradas acerca de su rol

Publicado el: 21 septiembre, 2019 Última actualización: agosto 19, 2024

El 22 de octubre se celebra en Argentina el Día Nacional del Gestor y la Gestora Cultural | Mientras la Tecnicatura en Gestión Cultural de la FCEDU, iniciada en 2016, ya cuenta con diez egresados y egresadas, Gerardo Dayub y Román Mayorá –docente y coordinador de carrera, respectivamente– y Yazmín Muro Müller, graduada de la primera cohorte, hablaron de la importancia de la gestión cultural en la región y la potencia de formar a sus profesionales desde la Universidad Pública .

 

«La celebración del día de las y los profesionales del campo de la Gestión Cultural se vuelve especialmente importante ya que este año tenemos que saludar por primera vez a quienes se formaron y egresaron de nuestra casa de estudios«, dice Román Mayorá para empezar. Es docente y también coordinador de la carrera, cuya formulación data del año 2007, «aunque no fue hasta 2016 que existieron las condiciones para efectivamente implementar el dictado de una primer cohorte. De ese grupo inicial han egresado 10 profesionales en los últimos meses, mientras que la segunda cohorte (iniciada en 2017) está próxima a finalizar el cursado de la carrera en diciembre de este año», agrega.

Una de las personas presentes en la planificación de la carrera desde las etapas más incipientes es Gerardo Dayub, arquitecto, actor, docente, ex secretario de cultura de Paraná. En su gestión y por su impulso fue creado el Fondo Económico de Incentivo a las Culturas, las Artes y las Ciencias (FEICAC). Dayub es el docente a cargo de la cátedra «Introducción a la gestión cultural» y cuando le preguntan cómo definiría al campo, responde así: «La gestión cultural es un trabajo muy parecido al del malabarista. Yo que soy un hombre de teatro creo que mientras uno está manejando los platos con las manos y con el pie los anillos, con la otra mano lanza los cuchillos y trata de hacer equilibrio para no caerse. Mientras tanto sostiene con la boca un palo allá arriba, para que no se caiga. Cuando vos creés que está todo listo alguien te pregunta: «Che, la plata ¿la tenés, la conseguiste? Esa es la tarea real del gestor cultural, explicado en términos metafóricos. Es un permanente desafío a resolver conflictos».

Si la metáfora abruma un poco, vamos a la «definición breve» de Dayub: «La tarea del gestor radica fundamentalmente en promover, desarrollar y estimular todas aquellas cuestiones que hacen a lo que constituye nuestro sentido, nuestra manera de pensar, nuestra manera de hacer y de vivir. Esa complejidad amerita una profesión. La importancia de saber intervenir desde la mirada cultural, desde la práctica y técnica de lo cultural, es algo que no lo resuelven otras profesiones, no se resuelve ni siquiera desde la política, sino desde la técnica de la gestión cultural. Porque la realidad de los procesos, de las cosas que nos han venido ocurriendo son mucho más complejas y mucho más multidisciplinarias», asegura, al tiempo que celebra que exista la carrera, «de la cual estamos todos muy contentos».

 

La consolidación de la gestión cultural en las Universidades

«El espíritu que dio inicio a la propuesta formativa se ha mantenido a lo largo de estos años», señala Mayorá. Con cuatro cohortes abiertas de forma consecutiva y una quinta que se iniciará en 2020, el coordinador de carrera observa que la FCEDU ha intervenido directamente en el desarrollo de la gestión cultural en nuestra región, con una llegada territorial muy importante y una demanda sostenida, vinculada directamente a la planificación estratégica de la carrera con su cursado presencial concentrado en un día a la semana y la virtualización de prácticas de enseñanza y aprendizaje.

«En estos años hemos visto potenciada la participación de estudiantes y docentes de la TGC no sólo en términos laborales y profesionales, sino también en cuanto a la incidencia política que tiene la conformación de una masa crítica que permita repensar las prácticas de gestión y las formas de hacer cultura«, advierte.

Mayorá señala además el logro de un anhelo compartido por las ofertas de formación de pregrado y grado en gestión cultural de Argentina: en este 2019 se conformó la Red Argentina de Carreras de Gestión Cultural de Universidades Nacionales (Red GeCUN)Esta Red tiene, entre sus principales objetivos, contribuir al fortalecimiento y la consolidación de las ofertas de formación, «algo muy necesario para lograr a mediano y largo plazo un cambio real en las prácticas culturales a nivel económico, político, educativo y social en general», sostiene el coordinador.

Como indicio de la importancia que la gestión cultural ha adquirido en las universidades argentinas, próximamente se presentará el libro “Gestión cultural en Argentina”, un volumen colectivo de casi 400 páginas, donde cerca de 40 referentes de distintas instituciones y con representatividad territorial recorren las alternativas de formación académica de pregrado, grado y posgrado, extensión e investigación vinculadas a la disciplina. Allí se encuentra representada la Tecnicatura en Gestión Cultural, en un capítulo de escritura colectiva donde docentes vinculados a la carrera exponen las distintas líneas de trabajo encaradas.

Gestora cultural de la Universidad Pública

 

Yazmín Muro Müller es graduada de la primera cohorte de la Tecnicatura en Gestión Cultural: «Primero y principal –dice, anticipando todo– soy una estudiante que ha elegido la Universidad Pública en tres oportunidades –FCECO-UNER, UADER y FCEDU-UNER– y hoy puedo decir orgullosa que soy egresada de ella».

Conoció la propuesta académica a finales del 2015 mientras estaba estudiando Danzas Tradicionales en la Escuela de Música, Danza y Teatro Constancio Carminio. «En ese momento ocupaba un puesto de decisión y representación a nivel internacional dentro de una ONG relacionada a la cultura, y sumado a mi gusto por estudiar y capacitarme continuamente, no dudé en inscribirme en la carrera. El objetivo principal siempre fue aprender; adquirir conocimientos que pudieran traducirse en herramientas que me permitieran sostener la labor que ya venía haciendo en espacios culturales», señala.

Ese objetivo se cumplió con creces, «pero además la Tecnicatura me permitió conocer gente muy valiosa, compañeros de cursada y docentes, con quienes fuimos compartiendo y nutriendo(nos) desde las diferentes experiencias personales y laborales», asegura. Se fue haciendo un equipo «al punto de que creemos y sostenemos que el título alcanzado –los títulos teniendo en cuenta a mis colegas– son un logro colectivo».

Es bailarina de folklore y tiene un largo trayecto en la enseñanza de danzas folklóricas a grupos de niños y adolescentes, integra la Agrupación Folklórica Lazos de Amistad de Crespo y es una de las socias fundadoras de la Asociación Civil homónima, de la que depende el Centro Cultural El Sueñero. Es asociada a CIOFF® Argentina – Consejo Internacional de Organizaciones de Festivales de Folklore y de las Artes Tradicionales y actualmente integra la Comisión de Cultura de este organismo a nivel mundial, así como durante el periodo 2014-2017 fue representante juvenil del Sector Latinoamericano y del Caribe.

«Si bien continúo transitando estos espacios –observa–, la carrera me ha brindado herramientas útiles, principalmente desde lo teórico y la comunicación, para poder reafirmar desde el discurso lo que en los grupos de trabajo que integro hemos estado sosteniendo en acciones, es decir, reafirmar el valor, la importancia y la necesidad del trabajo en el campo cultural».

Yazmín cuenta que la modalidad de cursado semipresencial le permitió poder hacer la carrera viviendo en Crespo y compaginar el estudio con las responsabilidades laborales. Además, la gratuidad del acceso fue un elemento importante a la hora de elegir continuar con su trayecto formativo: «Los espacios de formación siempre son valiosos, pero tener una instancia de educación formal y que sea una propuesta de la universidad pública es doblemente valioso. La Universidad tiene la estructura para tejer redes más allá de los actores culturales a nivel individual o de pequeños grupos, y eso tiene que redundar en mayor profesionalización del campo, en mayor conciencia social, en mayor responsabilidad para con nuestras comunidades».

Dice que entiende a la gestión cultural como «un trabajo en red, en donde los aprendizajes se producen y los objetivos se cumplen gracias al trabajo interrelacionado y cooperativo entre diferentes personas, instituciones, organizaciones, comunidades y estructuras de gobierno». Y al rol del gestor cultural, «en tanto producto de su comunidad, puede jugar un rol importante en la construcción de identidades, contribuyendo al diálogo y a la acción para crear un modo de vida sensible, socialmente responsable y respetuoso de la diversidad».

 

Un principio

Para terminar, Gerardo Dayub resalta un posicionamiento político desde donde entender la gestión en lo cultural: «Nosotros tenemos como principio que la cultura la construimos entre todos. Nadie tiene el patrimonio, toda la sociedad en su conjunto produce cultura. Cuando desarrollamos alguna actividad de gestión, fundamentalmente, apuntamos a movilizar aquellos proyectos que la propia comunidad propone y desarrolla. La comunidad tiene sus aspiraciones, tiene sus intereses, tiene sus necesidades culturales, que no está en manos de ningún gestor. Eso está en manos de la comunidad y la tarea nuestra es fundamentalmente ayudar y contribuir a que eso pueda producirse. Es la comunidad en su conjunto, con su diversidad, la protagonista de lo cultural». 

Por su parte, el coordinador de carrera, Román Mayorá sostiene como deseo que «el compromiso institucional asumido para la formación de gestores culturales regrese a la sociedad a través de prácticas profesionales igualmente comprometidas, encaradas con seriedad, éticamente y con el mismo espíritu que habita las aulas universitarias. La gestión es gerenciamiento, pero también (y más importante) es gestar, dar origen, crear sentidos… tan necesarios para habitar el mundo».

 

Sobre la fecha

El Día del Gestor y Gestora Cultural se comenzó a celebrar por la primer cohorte de graduados de la Tecnicatura en Gestión Cultural de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Fue el 22 de octubre del 2005. Luego se fue expandiendo la fecha entre otros puntos del país y, actualmente, es reconocida por la Secretaría de Cultura de la Nación.

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