Eduner, andar y volar

Publicado el: 24 abril, 2017 Última actualización: marzo 25, 2024

En conmemoración del Día Internacional del Libro, ponemos en valor el trabajo del sello editorial de nuestra Universidad. El desafío de un espacio que hizo su camino al andar. 

23 de abril: Día internacional del Libro

Por Carolina Betique*

Las publicaciones de Eduner reflejan el compromiso con nuestra región cultural. El catálogo comprende 92 textos científicos y literarios. De ese total, 13 fueron incorporados en 2016 y cuatro en los primeros tres meses de 2017. Respecto a géneros, estilos y temáticas, la oferta es variada. Pueden encontrarse tanto antologías de poemas como manuales de estudio y compilaciones de crónicas periodísticas. Sin embargo, ya sea por los objetos que se abordan o por la manera de mirarlos, en todos los casos está presente el matiz propio del litoral.

 

El sello editorial de nuestra casa de estudios cumplirá su vigésimo aniversario en 2018. Es joven, pero pisa fuerte. Es uno de los siete consolidados entre los 74 universitarios que existen en la Argentina, según indicó el periodista Daniel Gigena en un artículo de 2015. En sintonía, cuando la experta en edición Patricia Piccolini visitó la institución en 2012, afirmó que las publicaciones son de muy buena calidad. María Elena Lothringer, la directora de la firma, coincidió con las valoraciones y remarcó que el equipo de trabajo cuenta con un alto grado de profesionalización. También, destacó que el sistema de comercialización de ejemplares abarca todo el país y librerías de Alemania, Francia y España. Además, el portal web prevé la venta on line.

 

Se hace camino al andar

El 10 de diciembre de 1998 el Consejo Superior sancionó la ordenanza N° 292 que creó la industria cultural que funciona en la Casa de la UNER. Estableció que dependería de la secretaría de Extensión Universitaria y Cultura y quiénes serían los emisores y destinatarios de las publicaciones. Con todo, para que la normativa no se convirtiera en letra muerta, alguien tuvo que asumir el desafío de construir Eduner desde cero. Esa persona fue la titular del Taller de Redacción I de la Licenciatura en Comunicación Social de la Facultad de Ciencias de la Educación.

A Lothringer la convocaron tras el éxito de Los nuestros: para una memoria cultural de Entre Ríos, una revista y casetes de vídeo sobre artistas provinciales realizados en el marco de un proyecto de extensión del que ella había participado. Como por entonces desconocía las implicancias de gestionar una editorial, solicitó contactarse con algunas ya afianzadas en el rubro. Se vinculó con la de la municipalidad de Rosario y las de las universidades nacionales del Litoral (UNL) y de Buenos Aires (UBA). Viajó en busca de un panorama y en los tres lugares la recibieron con los brazos abiertos. “Fueron muy generosos al mostrarme lo que convenía y no hacer”, expresó.

Durante cinco años, la docente fue el único miembro de la planta de personal. El presupuesto tardó varios calendarios en llegar y la marca institucional se diseñó recién en 2005. Las primeras producciones que se pusieron en circulación fueron investigaciones de profesores de la casa y Patria de Luz, un compendio de autores inéditos. A su vez, en 2001 el sello formalizó un convenio con el gobierno de Paraná para llevar adelante un programa de promoción de la lectura que se denominó Baúles Andariegos.

En 2003, la firma se unió a la Red de Editoriales de Universidades Nacionales (REUN), lo cual resultó sumamente provechoso. Mejoró su desempeño luego de intercambiar experiencias y revisar prácticas propias en función de realidades ajenas. Asimismo, logró conquistar espacios de exhibición y venta que de otra forma hubieran sido difíciles de alcanzar. El ejemplo más paradigmático es el stand colectivo que se instala en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. En cuanto al organismo público, Eduner integra actualmente su Junta Ejecutiva, tal como lo hizo durante el período 2004-2006.

 

Volar bajo el cielo azul

La editorial tiene dos áreas de edición: científica y cultural. La primera, dirigida por Gustavo Martínez, está abocada a la publicación de textos de docentes, investigadores y extensionistas de la UNER. Opera por demanda, es decir, los interesados envían propuestas y éstas se toman siempre que estén avaladas por sus facultades de procedencia. Ese sistema rige para las series Académica y Cátedra.

El otro sector, en cambio, trabaja en base a iniciativas internas para reivindicar escritores que fueron menospreciados por la región que los inspiró. La mayoría de las veces, el proceso comienza con el registro de hemerotecas y bibliotecas públicas y privadas a fin de rastrear la obra de algún autor. Una vez recopilada, los profesionales intentan compenetrarse con ella para reflejar su clima en la estructura del libro. En esa instancia generalmente se recurre al asesoramiento de críticos especializados.

Los resultados del rescate literario están organizados en las colecciones El país del sauce, Cuadernos de las orillas y Tierra de letras. Además de los materiales recuperados, los ejemplares incluyen estudios preliminares, glosarios y fotografías. Al respecto, Guillermo Mondejar, coordinador del grupo que realiza estos volúmenes, sostuvo que los sellos universitarios “deben distinguirse por brindar elementos de contexto que permitan reflexionar y sacar conclusiones”.

En línea con lo anterior, en un video de 2014, Martínez manifestó que uno de los objetivos que se persiguen es “lograr la mejor experiencia de lectura” que alguien pueda tener. Lo dijo en relación a la apuesta de encarar la edición multisoporte que se hizo tres años atrás. Aunque todavía no están disponibles, ya existen versiones digitales adaptables a distintas pantallas de cinco títulos del catálogo. Lo único que resta es definir cuáles serán las condiciones de su comercialización.

Anabella Peker, la encargada de prensa, señaló que es muy probable que la oferta de nuevos formatos amplíe el espectro de públicos de la institución. Comentó que si bien la preferencia del papel es aún predominante, los jóvenes se están inclinando por variantes electrónicas. Éstas, por lo demás, podrían llegar a cualquier punto del planeta mediante canales virtuales, lo que subsanaría limitaciones geográficas de distribución.

Por otro lado, las potencialidades de Internet son aprovechadas a la hora de promocionar las obras. Desde 2016, por caso, se cuelgan en redes sociales book trailers, que son piezas audiovisuales que tienen una lógica similar a la de los avances de películas. Estrategias de difusión de ese tipo se complementan con las tradicionales, como ferias y presentaciones. Sobre las últimas, Manuela Acuña, una de las becarias, opinó que son emocionantes. Relató que cuando alguien del equipo de Eduner habla sobre un libro, “transmite su trasfondo con el sentimiento de quien ha creado una maravilla o ha traído un hijo al mundo”.

 

Los subtítulos son fragmentos del poema Caminante no hay camino de Antonio Machado.

 

 *Carolina Betique – Estudiante avanzada de Comunicación Social. Producción realizada en el marco de su práctica curricular.
Eduner, andar y volar
Deslizar arriba
Skip to content