Se extendió durante el martes 9 y miércoles 10 de abril en la FCEDU | Se desarrollaron paneles, proyecciones y mesas de debate para pensar la escuela secundaria hoy.
Con un trayecto de siete años de trabajo en torno a la temática, la cátedra Problemática Educativa de la FCEDU convocó a un nuevo Coloquio de Conversaciones sobre la Escuela Secundaria, un evento que reúne a educadores, educadoras, estudiantes y docentes de toda la provincia, implicados en la educación secundaria y sus desafíos en la actualidad.
Carina Rattero, titular de la cátedra, recibió al público y agradeció «la respuesta a las convocatorias que hacemos desde la Facultad, porque siempre contamos con ustedes para pensar juntos». Acompañaron la apertura la vicerrectora de la Universidad, Gabriela Andretich, y la decana de la FCEDU, Gabriela Bergomás, quienes resaltaron el trabajo del equipo organizador y la gran convocatoria, que demuestra «la importancia de la temática y el interés de los docentes por repensar la escuela», sostuvo Andretich.
«Problematizar y construir conocimiento sobre la escuela secundaria nos demanda un desafío muy especial. Éste es un proyecto que potencia las tres funciones sustantivas de la Universidad: la docencia, la extensión, la investigación. Apostamos a que todo el trabajo realizado se proyecte en un impacto y una transformación de la escuela secundaria, no sólo en la provincia sino también en la región», apuntó Bergomás, como proyección institucional.
Por su parte, Rattero continuó con las palabras de apertura de la nueva edición del Coloquio, recuperando la experiencia acumulada y las apuestas del proyecto: «Este es un espacio para pensar la escuela secundaria, la escuela que tenemos y la que nos gustaría tener, en tiempos de incertidumbre. Un espacio que no está exento de cierta indignación con el ajuste sobre la educación pública, un ajuste neoliberal que va deteriorando la condición de vida y que avanza sobre la escuela. Pensamos que este coloquio no sea un espacio de catarsis sino para habitar la potencia del sentido o el sinsentido. Por nuestro trabajo estamos obligados a ser optimistas, pero no de manera ingenua, sino –citando a Camus– para impedir que el mundo se deshaga«.
Ante la crisis del sentido de la escuela, «una escuela que se ha pensado para educar para la vida o para el trabajo, algo que está afuera o va a venir después», Rattero destacó la importancia de descartar el pensamiento utilitario en torno a la educación y también las perspectivas dicotómicas entre mera socialización o fomento de habilidades personales e individualistas. «Lo que está en crisis es la renovación del mundo en común», resaltó.
Retomando la idea de que el objetivo fundamental de la educación es la transmisión de la cultura, Rattero señaló que la escuela debe estar viva: lo suficientemente permeable como para intercambiar con el entorno, sin dejarse arrasar. Además, volvió sobre el lugar sensible de los educadores y educadoras como seres antidestino: «aquellos que son capaces de ofrecer una posibilidad, de desplazar un cuerpo del lugar que tenía asignado».
«Armados con esa pasión, vinieron a buscarme al fondo de mi desaliento y sólo me soltaron una vez que tuve ambos pies sólidamente puestos en sus clases, que resultaron ser la antecámara de mi vida», escribió Daniel Pennac en «Mal de Escuela». Carina Rattero retomó aquella cita, reavivando la llama del deseo en los vínculos pedagógicos y aquel optimismo del que hablaba Camus: «Cada generación, sin duda, se cree destinada a rehacer el mundo. La mía sabe, sin embargo, que no lo rehará. Pero su tarea quizá sea aun más grande. Consiste en impedir que el mundo se deshaga». Para eso, seguimos conversando.
Agenda de actividades del Coloquio