Es profesora en Ciencias de la Educación por la FCEDU y, fundamentalmente, se desempeña como asesora pedagógica en el nivel secundario. Su experiencia, en primera persona.
Johana Marina Medina nació, creció, estudió y reside en Paraná, “una ciudad que me cuesta abandonar por mis raíces y por mi configuración familiar”, cuenta. Cursó sus estudios secundarios en la Escuela Normal e ingresó en el 2008 al Profesorado de Ciencias de la Educación de la FCEDU-UNER, donde se graduó el 2 de agosto de 2018.
“En la escuela secundaria sabía que quería ser profesora de algo relacionado con humanidades o ciencias sociales, que siempre fue mi foco de interés. No sabía de qué. Buscando alternativas en Paraná –porque viajar no era una opción–, encontré la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNER y cuando fui a Alumnado me explicaron que podía ser profesora de profesores”, recuerda. Johana reconoce que descubrió la carrera cursándola: “Entré sin mucha noción de lo que era y en el transcurso descubrí lo mucho que me gustaba”.
La Facultad, un nuevo mundo
“Me quedan un montón de experiencias, de recuerdos, pero sobre todo la Facultad me abrió las puertas a un mundo completamente nuevo y desconocido. Vengo de una familia grande en la cual soy la primera universitaria. Aún teniendo hermanos mayores, soy también la primera de mi núcleo familiar en haber terminado la secundaria. Tuve muchos tropiezos porque no tenía una cultura de estudio, no sabía qué era una correlativa ni tenía a nadie que me explicara”, resume Johana. En ese sentido, resalta que la comunidad de la Facultad la ayudó mucho: “El hecho de que sea una comunidad chica en la que nos conocemos todos, significa que siempre hay alguien dispuesto a darte una mano y explicarte”.
Además, Johana destaca que la Universidad fue una apertura desde la militancia: “Ahí fue que me empecé a vincular con cuestiones sociales, a apoyar causas, a defender derechos, a comprender que la lucha es colectiva. Comprendí la importancia de la educación y que la educación puede cambiar la vida de las personas, porque cambió la mía”.
Por eso fue que eligió, como profesora, desempeñarse en el ámbito secundario. “Trabajo en escuelas más bien periféricas, con muchas vulneraciones sociales y de derechos, donde siento que puedo, a través de la educación, cambiar la vida de esas personas y que ellas cambien la mía”, reconoce.
Pero por sobre todo, asegura Johana, la Facultad le enseñó “que las instituciones se pueden transitar y habitar de otra forma”, diferente a la manera en que habitaba la escuela. “Para mí fue desaprender prácticas institucionales y aprender que existen otras nuevas. Lo veo hacerse carne en la escuela desde la asesoría pedagógica, cuando pensamos en algo con el otro y nos hacemos preguntas. Todas estas frases que por ahí eran eslóganes en un momento de mi carrera, ahora se hacen carne en mi trabajo y mi tarea diaria”, asegura.
Recorrido laboral
En cuanto a su experiencia laboral, Johana Medina se volcó a la educación secundaria porque disfruta mucho de trabajar con adolescentes. Antes de egresar se desenvolvió en espacios de tutorías y actualmente, es asesora pedagógica. “Mi corazón y mi esfuerzo están en el nivel secundario –enfatiza–, donde acompaño las trayectorias de los chicos, ya sea desde mi palabra hacia ellos como hacia los profes, para que también puedan acompañarlos. Repito, estoy en escuelas cuya población tiene muchas vulneraciones, entonces sabemos que como docentes somos una red que se sostiene entre sí y eso, el trabajo en conjunto, el trabajo en equipo, ir todos para el mismo lado, planificar en base a un proyecto común, todo eso, es algo que me despertó con pasión la Facultad”, destaca.
Además, en 2020 Johana comenzó a trabajar en el ciclo superior. “Inicié con Política Educativa en la UADER (Universidad Autónoma de Entre Ríos) y también le encontré el gusto a ser formadora de formadores de Primaria, de Música, de Inicial, de Especial, de los profesorados. Me gustó encontrar que también podía hacer algo desde el Nivel Superior”, reconoce.
Para terminar, insiste en la importancia de tejer redes como una de las prácticas que le legó la FCEDU: “Fue gente de Ciencias de la Educación , egresada, que me dio las primeras herramientas para ser asesora pedagógica, en realidad, para ordenar todo lo que la carrera me había brindado para poder desempeñarme en esos espacios”. Por eso, Johana busca también acompañar a quienes recién están empezando. “Si hay algo que valoro afectivamente de la Facultad de Ciencias de la Educación es la comunidad que hay: la comunidad de poder sostenernos entre todos”, valora.