El equipo editorial de la revista El Cardo compartió sus comienzos y algunas de las contribuciones de la revista al debate de la educación y la didáctica en sus 25 años de historia.
La celebración fue el jueves 2 de noviembre en el Salón de Usos Múltiples (SUM) de la FCEDU, con la participación de las y los docentes Silvina Baudino, Andrea Vittori, María del Carmen Castells, Fernando Fava, Regina Kuchen, Liliana Petrucci y Marina Hedrich, con la coordinación de Laura Rosell.
“El Cardo llegó a cumplir estos 25 años por una resistencia, por estos amigos y amigas que estuvieron también apoyando y colaborando –comentó Liliana Petrucci, directora de la revista– . Es la política editorial de El Cardo, lo que hizo que resistiéramos y que persistiéramos”.
La revista, que surgió a raíz de la práctica curricular de Andrea Vittori en 1998, atendía a una preocupación concreta: “Estábamos preocupados por esa insistencia instrumental que marcaba a la didáctica. La pretensión de la revista ha sido poder plantear, interpelar lo que podríamos mencionar como un orden del discurso, poder abrir una brecha en lo pensable, lo pertinente, para poder interrogar, debatir, polemizar respecto de las problemáticas que atraviesan a la educación y que se han ido modificando y transformando a lo largo de estos años”, remarcó Petrucci.
El primer número se tituló “La enseñanza como práctica política” y, según la directora de la revista, fue “una irrupción en un panorama en donde lo político, la política, era vista como política partidaria exclusivamente y no como esta cuestión que atraviesa nuestras prácticas de enseñanza indudablemente, la relación con el conocimiento, las apuestas que la marcan”.
Andrea Vittori recordó que la publicación se materializó en su proyecto de pasantía –como se llamaba en aquel entonces a esta instancia–, mientras se encontraba terminando la Licenciatura en Comunicación Social con Orientación Cultural, Educativa y Científica, donde compartía materias con estudiantes de Ciencias de la Educación y con docentes como Liliana Petrucci, Pilar Britos, Norma Barbagelata y Carina Muñoz.
“Con todas ellas se inició un movimiento, un pensar colectivo, que terminó materializándose en la revista El Cardo. La imagen que en ese momento nos llevó a darle este nombre a la revista es la imagen del cardo, una planta tan característica de nuestros campos entrerrianos, una flor tan bella, de un color tan atractivo, tan seductor, pero que a la vez es tan difícil de asir, de tocar por sus espinas que te repelen. La idea era provocar el conocimiento”, compartió Vittori.
El Cardo: un proyecto educomunicacional
Según Andrea Vittori, que actualmente se desempeña como docente del Taller de Redacción de la Licenciatura en Comunicación Social, les interesaba profundizar en los sentidos que abría el cardo: “Su semilla, lo que conocemos como el panadero, se desparrama con el viento y se esparce, y eso permite que germine en otros lugares y fundamentalmente que germine en otros y con otros”.
En este sentido, recalcó: “Todo proyecto de comunicación, sea cual sea el soporte en el que se ha plasmado luego, es un proyecto colectivo, es un trabajo plural, es un trabajo de un nosotros. Debo reconocer que si bien mi aporte y mi granito estuvo desde la faz comunicacional, y más bien periodística –la coordinación de una publicación, la edición de los textos, prepararlos para imprenta, ponerlos en diálogo con la puesta en diseño y la gráfica necesaria–, fue también una licenciada en Comunicación Social con especialidad en Gráfica, Karina Quiroga, quien trabajó y con quien pensamos el formato de la revista y el logo”.
Los primeros números se imprimieron en la imprenta de la Universidad Nacional de Entre Ríos, en Concepción del Uruguay, con las tecnologías disponibles del momento. “Sólo podíamos trabajar a una tinta así que intentamos darle el carácter distintivo a la revista desde su formato, desde su puesta gráfica, con una muy fuerte decisión de todo el equipo del Área Didáctica, comandado por Lili Petrucci, de que en la revista tenían que conversar fluidamente el texto y el arte. No sólo trabajar en un sentido de ilustración de la puesta en página, sino darle un lugar a los artistas de nuestra facultad, de nuestra región, de nuestra ciudad”, señaló Vittori.
El Cardo se esparce
Marina Hedrich se incorporó a El Cardo en 2016 y concursó para coordinar el Área de Gestión Editorial a los pocos meses: “El equipo se logra conformar a partir de 2017, que es cuando conformamos el Área. En ese momento con Sabrina Colliard, que fue becaria durante tres años y con quien nos fuimos formando a través de las capacitaciones que ofrecía CAICYT-CONICET en el manejo del programa OJS -Open Journal Systems, un software libre para la administración de revistas-”.
Actualmente, el equipo está conformado por Gretel Schroeder, egresada de la Tecnicatura de Producción Editorial, y Valentina Miglioni, que es estudiante de la carrera y está haciendo la práctica curricular en el Área.
Mientras Andrea Vittori rememoraba el momento de los disquetes, Marina Hedrich recordó cuando hacían la gestión de la revista solamente a través de correos electrónicos: “Íbamos perdiendo a veces el hilo de cuál era el último correo del autor o el último artículo bajado, nombrado, el último corregido. Todo eso que hemos hecho sin acceso a programas específicos, con OJS lo pudimos sistematizar”.
En este sentido, “el equipo editorial coordinado por Marina Hedrich ha implicado una expansión, una sistematicidad de la revista que es muy importante, indexada, que forma parte del núcleo básico de revistas científicas”, resaltó Liliana Petrucci.
Trabajo conjunto
Después del circuito del diálogo con autores, correctores y de la edición ortotipográfica y de estilo, comenzó la etapa de maquetaciones y trabajo con el Área Gráfica del Centro de Producción en Comunicación y Educación.
Liliana Petrucci señaló que la participación y el acompañamiento del Área Gráfica ha implicado “un trabajo cuidado, compartido con Regina Kuchen, Lucrecia Grubert, Fortunato Galizzi para, justamente, corrernos de la idea de ilustración y trabajar conceptualmente lo que implica la invitación y la propuesta de la revista”.
La coordinadora del Área Gráfica, Regina Kuchen, destacó que “la continuidad de esta publicación, más allá de las mutaciones que ha ido experimentando a través de los años, ha sido fruto de una gran perseverancia y de mucho ‘reme’”. En este sentido, reconoció el trabajo de su directora, Liliana Petrucci, y de los equipos involucrados en la producción de cada uno de los 19 números, “ya que cada hora dedicada resulta de un compromiso y una generosidad elocuente”.
“En lo sucesivo, esperamos que esta siga siendo una apuesta a mantener ese lugar del pensar, que no es precisamente un lugar cómodo. Que El Cardo mantenga su esencia original: irrumpir, proponer, incomodar, desafiar, afectar, esparcirse y, sobre todo, la función que lo define desde su propio nombre: pinchar”, destacó para finalizar.