Es Licenciado en Comunicación Social egresado de la FCEDU y, actualmente, está cursando el Profesorado en Comunicación Social | Se ha desempañado en múltiples áreas de la comunicación y resalta la riqueza de esta posibilidad del perfil profesional: reinventarse permanentemente
Lucas Barzola es oriundo de Paraná. Sin embargo, acceder a la Universidad pública a estudiar resultó un desafío. “Vengo de una familia muy humilde, de un barrio de las afueras de Paraná, e ingresar a la facultad y sostener el proceso formativo implicó muchos esfuerzos no sólo de mi parte sino de todo el grupo familiar para que pueda culminar con la carrera”, cuenta.
En los ocho años de cursado hasta graduarse realizó diferentes trabajos: “siempre traté de vincularlos con la profesión”. Dio clases en escuelas nocturnas en materias referidas a la comunicación, en centros de educación para adultos y también participó en programas de radio, como columnista de cultura, deportes, interés general y política.
“Algunas otras experiencias laborales se relacionan con la comunicación institucional en colegios de profesionales. También, en la facultad, estuve trabajando mis prácticas dentro del área de Producción Audiovisual”. Lucas resalta que en este espacio aprendió mucho de lo que pone en práctica en la profesión al día de hoy. “Agradezco a la FCEDU por esta instancia de las prácticas y también por otros trabajos realizados a posteriori con becas y demás, que me posibilitaron habitar y vivir la facultad desde otro lado y conocer cómo se trabaja dentro de la universidad más allá de la parte formativa. Siempre destaco la calidad de la gente de la facultad”, insiste.
Sobre la formación
“Cuando uno culmina la universidad obtiene mucho más que un diploma, se lleva un cúmulo de experiencias muy valiosas que van desde el trabajo con compañeros hasta las preguntas con las que uno queda, las inquietudes que traslada al ámbito laboral, en el que muchas veces caemos como una especie de paracaidistas porque cualquier tipo de formación dista bastante de lo que pasa en la calle o de lo que nos encontramos en el mundo laboral. Esta formación tan amplia nos lleva a que podamos adaptarnos fácilmente a cualquier propuesta laboral, a situaciones laborales impensadas desde un principio”, destaca Lucas Barzola.
En este sentido, señala la experiencia del Hospital Escuela de Salud Mental de la ciudad de Paraná, “la residencia de los comunicadores y su paso por este lugar es tan importante y relevante”. Lucas señala que es una experiencia que se logró con la trayectoria de quienes llegaron a la institución por primera vez, “algo que parece tan lógico, que un equipo de comunicación esté dentro de un hospital de salud mental, no pasaba hace algunos años”. “Lo mismo ocurre con la comunicación institucional, la comunicación política, la comunicación en los ámbitos que hacen referencia a la educación; cada vez somos más los comunicadores que estamos insertos en campos educativos distintos, en primarias, secundarias, en universidades, desarrollando diferentes tipos de tareas y programas que siempre se vinculan o tratan de vincularse con la comunicación. En este sentido la comunicación y la formación, que nos brinda la facultad es riquísima y tenemos que valorarla muchísimo más”.
Su tesis de la Licenciatura en Comunicación Social, que realizó con dos compañeras, Mercedes Aguilar y Natacha Caviglia, estuvo relacionada precisamente con la actividad de la comunidad graduada de Comunicación Social de la FCEDU. “Hicimos un relevamiento acerca de las actividad laboral de los graduados en comunicación del Plan 1998, desde el año 2003 hasta el año 2014 y llegamos a la conclusión de que casi el 90 % de los comunicadores recibidos trabaja en áreas relacionadas o vinculadas a la comunicación”.
“Esto fue un bálsamo en su momento, porque uno ha escuchado muchas críticas a la carera, a lo laboral, el qué vas a hacer como licenciado en comunicación social. El dato de que casi el 90 % de los graduados en comunicación viven de su profesión y no se dedican a otra cosa que no esté vinculada a la comunicación fue muy importante para nosotros, para mí en lo personal y entender que sí podemos ejercer nuestra profesión y sí se puede vivir de la comunicación”, refuerza.
Recorrido laboral actual
Desde 2014 trabaja en la Asociación Paranaense de Síndrome de Down y otras discapacidades (ASPADID), en su Centro Educativo Privado de Educación Integral Nº 30. El taller de comunicación empezó a través de experiencias de algunos colegas y “gracias al interés de los jóvenes y algunas cuestiones que fueron surgiendo en relación a lo deportivo, la posibilidad de estar en una radio y demás, este taller creció muchísimo”, cuenta.
“Tenemos un programa que se llama Facheros y picantes el cual ha sido distinguido con el premio Ovación a la excelencia deportiva en 2017. Hemos participado de varios concursos y nos ha posibilitado también hacer con los jóvenes toda la cobertura periodística de los partidos de Patronato, desde 2019 hasta la actualidad”. Entre las tareas, gestionan redes sociales, crean material audiovisual para la difusión de estas actividades y producen contenido para el programa de radio. “También hemos logrado crear dos producciones audiovisuales, con todo lo que ello implica, con la participación de la banda local Doce Monos, que ha contado con el reconocimiento del Consejo General de Educación y de otras entidades”, señala.
El trabajo del Taller de Comunicación en ASPASID “ha crecido tanto”, cuenta Lucas con satisfacción. “Es una de mis cosas preferidas, lo que más disfruto de mi trabajo es estar con los jóvenes –destaca–. Poder ir creciendo y desarrollando otras tareas, llevándolas siempre al ámbito comunicativo. Muchas veces lo que se propone en las escuelas no tiene que ver con la comunicación en sí, pero gracias a la apertura institucional e interés de los jóvenes esto se ha transformado en una escuela de comunicación, en una escuela de medios, donde vamos trabajando diferentes formatos y explorando situaciones que tienen que ver, estrictamente, con el orden de lo comunicacional. Ha dado sus buenos frutos”.
Actualmente, también trabaja como tutor en una capacitación Nueva Escuela del Consejo General de Educación y se desempeña como docente en la Universidad de Concepción del Uruguay (UCU) en el Profesorado de Educación Superior, en clases de alfabetización académica y del Taller de Imágenes y Lenguaje Audiovisual.
“Uno no deja de aprender nunca y el paso por la universidad, lejos de ser un paso culmine, muchas veces se convierte en el punto de inicio hacia nuevos aprendizajes. Es una hermosa experiencia haber pasado por la universidad, además estoy cursando el Profesorado en Comunicación (FCEDU-UNER), porque me parece que es imprescindible para los comunicadores seguir en continua formación, seguir en continuo contacto con la universidad porque es un espacio enriquecedor, de intercambio, de diálogo, de discusión, de crítica”.
Sobre el campo de la comunicación
Lucas Barzola se detiene a reflexionar sobre el campo profesional. Advierte que le gustaría señalar algunos aspectos, por ejemplo, que se trata de “un campo de conocimiento transdisciplinario que está en permanente configuración y legitimación de sus paradigmas teóricos, sus metodologías de investigación. Por eso, el perfil del comunicador se reconfigura, se resignifica, se reinventa permanentemente, a medida que surgen nuevas aristas”.
“Esta articulación entre actividades laborales diversas y específicas, la formación de grado y una elección que se ve en muchos comunicadores colegas de seguir profundizando y ampliando los conocimientos es la que traza y construye un perfil profesional que tiene mucha experiencia, que es experto, en muchos casos en diferentes temáticas dentro del campo”.
De esta manera, Lucas Barzola destaca la capacidad del campo profesional para resignificar tareas y configurar nuevos perfiles. Para terminar, dirá: “Vivimos en un mundo laboral incierto, cambiante, que también nos exige a nosotros como comunicadores plantarnos y posicionarnos de una manera distinta y una de esas formas de posicionarnos es, justamente, buscar actualizar nuestros saberes permanentemente”.
Producción general: Belén Cacik