Es Profesora en Ciencias de la Educación y antes de ingresar a la carrera ya era docente y trabajaba en el nivel primario | Apenas se recibió, en 2007, comenzó a trabajar en el secundario y simultáneamente en un Instituto Terciario de Educación Física, donde sigue desempeñándose | Su experiencia en primera persona.
Mariela Martínez es oriunda de Santa Fe Capital, ingresó a la Facultad en 1999 y se graduó en 2007 como Profesora en Ciencias de la Educación. “Cuando ingresé fue toda una travesía, conocer nuevas costumbres de una provincia que si bien es cercana, tenemos distintos hábitos. Un ejemplo que visibilicé al llegar por primera vez a la facu fue el mate en mano, y la mano abierta para recibir al hermano vecino como fue mi caso”, cuenta.
Dice que desde el primer momento se sintió recibida por compañeros, por las y los secretarios de alumnado, las bibliotecarias, el centro de estudiantes y el personal de ordenanza. “En ese tiempo la Facultad tenía varios anexos, porque la cantidad de estudiantes que ingresaban no entraban en las aulas, recuerdo muchas anécdotas en las distintas casas que alquilaban para que nosotros tengamos clase; en ese momento no había WhatsApp, ni GPS. Recuerdo siempre llegar corriendo y preguntar en alumnado donde se dictaba la clase”.
Ingresar a la vida universitaria
“El año que comencé a cursar en la facultad, estaba trabajando como docente de primaria. No es un dato menor, ya que cuando cursaba nos decían que la carrera era para los que no trabajaban, había que dedicarle muchas horas de estudio. La verdad que fue así. Mis compañeras que no trabajaban terminaron en tiempo y forma en su mayoría. En mi caso tuve que prolongar la carrera, no me daban los horarios y el tiempo para dedicarle el cursado completo. Igualmente agradezco haber hecho ese gran sacrificio de trabajar y estudiar”, reconoce Mariela.
Trabajaba a la mañana en un colegio privado de Santa Fe y al mediodía, salía corriendo a tomar el colectivo para llegar a Paraná: “Me trae nostalgia, el Fluviales o Etacer, llegar a la clase de Historia Social de la Educación, por ejemplo, que se dictaba 13:45 porque la Profesora venía de Rosario”. Mariela llegaba y siempre alguien la recibía “con esos ricos mates amargos, muy bien servidos”. Dice que siempre la alentaron a seguir, hasta en Alumnado, cuando buscaba las notas de los exámenes. Además, también remarca que había “profesores con un nivel académico excelente, en su mayoría estudiábamos sus propios libros. Anécdotas me sobran con cada cátedra, es para hacer un libro”.
“En este transitar por la Facultad aprendí de todo –destaca–, pero hay algo que hoy en día trato de decirles a mis estudiantes: que tengan a mano el plan de la carrera y que se organicen teniendo en cuenta las materias que son correlativas al año siguiente. Me pasó que quise cursar todas las materias de primer año y luego rendir todas como lo había hecho en el terciario. Cuestión que me sirvió de lección, al no priorizar la correlativa, perdí un año de cursado”.
Recorrido laboral
Actualmente está trabajando en el nivel terciario, “con mucha alegría como en el primer momento”. “Apenas me recibí en la Facultad, me llovieron trabajos, comencé en el secundario y simultáneamente me llamaron en un Instituto Terciario de Educación Física”.
Mariela Martínez resalta que la carrera le dio muchas herramientas “como la disciplina de la lectura y la escritura academicista. Tener una mirada crítica y ecléctica”. Por su parte, advierte que, a mi criterio, “falta equilibrar la práctica con la teoría. Me refiero al impacto a la hora de trabajar en los espacios áulicos con los estudiantes. Es una preocupación que quiero compartirles, ya que rotulan de que los profes universitarios no llegan o no empatizan con los estudiantes y se quedan en la teoría. En mi caso tuve la suerte de haber transitado un Instituto Superior antes de ingresar a la facultad y tener la experiencia del aula como docente de primaria. Esta vivencia me permitió, humildemente, transitar las aulas del secundario y terciario desde diferentes formas de aprender y enseñar según el contexto áulico y cultural”.
Producción general: Belén Cacik