«La dimensión material de la cultura digital. La producción de libros académicos en los formatos digitales EPUB y PDF en el contexto de las editoriales universitarias de nuestro país» es el tema de investigación del equipo encabezado por Martín Maldonado e integrado por María de los Ángeles Rodríguez y Luis Sebastián Rossi, docentes de nuestra casa de estudios, el graduado Hernán Rebeque, y como estudiantes becarios, Aquiles Díaz y Valentina Juri | En octubre el equipo presentó los avances en la FCEDU con el propósito de trazar algunas respuestas en torno a los interrogantes planteados en la investigación, que también comparten en esta nota.
Por María Alejandrina Tinta Segovia. Becaria de Formación de la Secretaria de Investigación y Posgrado
Este proyecto de investigación que comenzó en 2018 tiene como objetivo romper con el sentido común científico de predicarle cierta inmaterialidad a las realidades digitales, y articula el trabajo teórico con la indagación sobre qué se está produciendo a nivel electrónico en el contexto de las editoriales universitarias argentinas. El equipo está conformado por tres investigadores docentes de nuestra facultad, Martín Maldonado, Luis Rossi y María Rodríguez; un graduado de Comunicación y de Edición, Hernán Rebeque y dos estudiantes de Comunicación, Aquiles Díaz y Valentina Juri.
En octubre el equipo presentó los avances en la FCEDU con el propósito trazar algunas aproximaciones a los interrogantes de la investigación: ¿Qué se edita en formato digital en las editoriales de nuestras Universidades Nacionales? ¿Cuáles son las dimensiones materiales de las realidades digitales y de los ebooks? ¿Cómo se gestan libros de estudio y prácticas de lectura con ebooks? ¿Qué estrategias adoptar con las tecnologías de gestión de derechos digitales (DRM)? ¿Qué formatos son apropiados para la edición digital en las universidades? ¿Qué deberían hacer los editores universitarios ante el capitalismo de plataformas? Allí, además, se abordaron dimensiones teóricas que ayudan a pensar a los libros digitales en las editoriales universitarias al tiempo que acercaron datos del estado actual del campo.
En la nota, sus integrantes docentes explican el proceso de la indagación, el contenido del trabajo, resultados preliminares y proyecciones para el último año.
¿Cuáles son los objetivos del proyecto?
Luis Rossi: Apunta a romper con el sentido común científico de predicarle a las realidades digitales cierta inmaterialidad, que es algo propio de los discursos de los ‘90. Frente a ese escenario, surge un conjunto de regímenes discursivos que empieza a disputar sentido a esa idea. A partir de la Filosofía Francesa de la técnica contemporánea, ligando las recepciones de Gilbert Simondon y otros, construimos un aparato teórico que nos permite dar cuenta del conjunto de dimensiones problemáticas detrás de la idea de materialidad de lo digital. Ahí es donde situamos al libro digital como un conjunto técnico más humanista y extrañado, como un lugar en el que todos estos problemas tienen un escenario de disputa permanente.
Martín Maldonado: El propósito de hacer un recorrido sobre la arqueología de los medios, el problema de las plataformas, la noción de milieu y las disputas sobre medios, tiene el sentido de ir por otro lugar, distinto al que habitualmente se ha puesto en discusión al libro, especialmente al libro digital, el e-book o libro electrónico. Eso nos permitió salir de la pregunta instalada en los discursos sociales: “Ahora el libro en papel va a desaparecer” y “el libro digital viene a reemplazarlo”. El recorrido teórico tiene el propósito de no tener que dar cuenta de si el libro en papel va a desaparecer o no. Ni pensar que el libro electrónico viene a reemplazar el libro en papel, ni pensar que es sólo un cambio de soporte.
¿Cómo se formó el equipo de trabajo?
MM: Con Luis ya trabajamos en otros proyectos y tuvimos acercamientos al trabajo en la investigación como becarios y como integrantes. Así empezamos a pensar alguna temática que pudiera vincularse con lo que estábamos trabajando en nuestro trabajo y estudios personales.
LR: Nuestra línea de investigación viene de la filosofía de la técnica y de las relaciones entre ciencia, tecnología y sociedad contemporánea. En ese horizonte, encontramos un “suelo común” en el problema de los libros.
MM: Teníamos el anhelo de encontrar una empiricidad, un campo más del orden de lo social y de lo cultural. En ese sentido, empezamos a anudar diferentes escenas dispersas y dijimos: “investiguemos la edición de libros electrónicos”. Pero había un espacio que no abordábamos, que tenía que ver con los lugares en los que se investigan los libros como interfaz de producción de sentido, desde el análisis del discurso y de la semiótica. Por eso convocamos a María Rodríguez, que trabaja en ese campo. Es un equipo joven, es la primera vez que nos juntamos a investigar y nuestro deseo es poder sedimentar una línea de investigación y seguir haciendo proyectos.
¿Cómo es la dinámica?
MM: Esta investigación tiene un carácter exploratorio que aborda un tema en particular: la producción de libros electrónicos en el contexto de editoriales de universitarias, pero lo hace tanto desde una perspectiva teórica, como desde lo social, a partir de entrevistas, de relevamientos, de análisis de fuentes secundarias. Aprovechamos el hecho de que somos un grupo joven para poder abordar el tema desde una perspectiva amplia, a partir de un diseño flexible. El primer año hicimos un recorrido, a nivel teórico por el problema de la materialidad de las realidades digitales y, especialmente a través de Gilbert Simondon, trabajamos sobre el análisis de las realidades digitales.
María Rodríguez: Martín plantea una serie de nodos que se desarrollan según la línea de estudio de cada uno y hacemos esa tarea individual. Desde un principio se trabajó en la profundización teórica y avance en el estado del arte, con el objetivo de tener una base para decir por qué estamos investigando esto, por qué es necesario tener una mirada “multi” o “transdisciplinaria” como la que tenemos nosotros.
¿Qué actividades han realizado en el marco del proyecto?
MR: El año pasado nos dedicamos a hacer esa profundización teórica, mientras que este segundo año salimos más a difundir nuestro trabajo. No solamente a partir de producciones que se desprenden del informe de avance que presentamos, sino que también organizamos una jornada de difusión en la cual comentamos nuestros objetivos y líneas de trabajo. Fue en función de atraer gente que tuviera los mismos intereses para invitarlos a acercarse. Antes de realizar esta jornada se acercaron dos estudiantes interesados y empezaron a participar activamente. Nos quedaron cosas por contar, pero fue bastante interesante hacer esto en nuestra Facultad: hemos salido a otros lugares como congresos y reuniones científicas, por lo que otros sí saben qué es lo que estamos trabajando y queríamos que se supiera acá también.
MM: Consideramos que es importante dar a conocer nuestro trabajo en la comunidad en la cual estamos trabajando. También que los estudiantes conozcan de qué se trata llevar adelante un proyecto de investigación. Nosotros tuvimos la oportunidad de ser becarios y, en su momento, eso nos permitió acercarnos a lecturas, a la actividad de investigación, a ir presentando informes de avances, participar en ponencias… Sin embargo, hoy la investigación no está instituida para el estudiante como un espacio en el cual uno puede desarrollarse.
LR: El espíritu de la jornada era también reflejar que los espacios de investigación, más allá de que los temas pueden variar, constituye un espacio válido para la formación profesional.
¿Qué proyecciones tienen para cuando este trabajo finalice?
MM: Nos gustaría que los resultados de este proyecto contribuyan a establecer algunos parámetros y recomendaciones para la edición de libros digitales en el contexto de las editoriales universitarias. Ese es el propósito y sería el “beneficio” de la investigación.
LR: Son recomendaciones que vendrían a saldar un espacio de vacancia. Y eso justamente tiene que ver con trazar el camino de la investigación hacia un lugar adonde no se estaba mirando. Preguntarse sobre la diferencia en términos epistemológicos y ontológicos de dos realidades digitales diferentes como un PDF y un E-PUB debería ser central para quienes editan en electrónico. Reconocer esa diferencia, no solamente en términos de las prácticas editoriales ordinarias, podría ser el aporte de este conjunto de recomendaciones, de documentos y lo que surja de papers y ponencias.