Es licenciada en Comunicación Social y, desde sus primeras experiencias profesionales, trabaja como periodista | Vive en Olavarría, donde se ha desempeñado en radio durante mucho tiempo y, más recientemente, en TV por streaming y en la gestión de un portal de noticias digital con edición en papel | Su experiencia, en primera persona.
Ingresó a la Facultad en 1994. Oriunda de Santo Tomé, primero tomaba un colectivo que la llevaba a Santa Fe y de ahí el clásico “Fluviales o Etacer para ir hasta Paraná”. Paula recuerda con mucho cariño esa vivencia en particular: “Éramos muchos los que viajábamos en cole”. En sus propias palabras, hizo la carrera lo más al día que pudo porque “la verdad me apasionó la carrera, me apasionó”, advierte.
Cuando terminó la secundaria en la Escuela Industrial, supo que quería hacer una carrera humanística. “Conocí a una chica que se había anotado en la Facultad y le dije: ¿se escribe ahí? ¿En esa carrera se escribe? ¿Escribís? Y sí, me dijo. Bueno, no se habla más porque mi sueño siempre fue escribir para un diario”, resume Paula. “Fue así que hice la carrera con mucho placer, con mucha pasión –remarca–. Me gustaban las materias, me gustaba cómo se paraban los profes en el aula. Tuve grandes profesores, la tuve a Patricia Terrero, Gustavo Lambruschini, Alejandro Horowitz, Guillermo Alfieri, siento que tuve una época de oro de la carrera”. Recuerda con particular cariño a quien la guió en el proceso de tesis, el profesor Sergio Caletti: “Lo quise mucho a Sergio, y pudimos hacer una relación hermosa”.
En el año 2000 obtuvo el título de Licenciada en Comunicación Social, pero incluso antes de recibirse, cuando ya tenía la tesis entregada, se mudó a Olavarría junto a su pareja. “Él es ingeniero químico, recibido en Santa Fe. No hay que olvidarse el contexto de los 2000, donde conseguir laburo era una quimera y más de lo que vos habías estudiado, ibas atrás de ese sueño, ¿no? Entonces nos vinimos a vivir a Olavarría y mi inserción laboral se dio acá”, cuenta.
El fogueo profesional
Primero cosas sueltas, trabajos de encuestas. “Me enganché en un trabajo de campo profundo para conocer un poco la realidad de Olavarría, que había encargado un político de aquel momento y lo financiaba el Consejo Federal de Inversiones. Era un trabajo cualitativo y cuantitativo. Me sirvió un montón para meterme en la ciudad, porque a la experiencia de tener que hacer una inserción laboral, yo le agregué la experiencia del desarraigo, si queremos decirlo así”.
Luego, consiguió un trabajo breve en una radio pequeña, hasta que ingresó en la AM de la localidad: Radio Coronel Olavarría 1160. Era diciembre de 2001. “Estaba cubriendo reemplazos en el servicio informativo de la radio. Me tocó diciembre del 2001 y todo el verano del 2002. Y bueno, fue un fogueo impresionante. Fue el lugar donde me formé como profesional”, sintetiza.
Allí aprendió “el oficio de periodista” y tuvo grandes maestros: “Una particularmente, que era la persona que dirigía el informativo, una mujer que me fue guiando por todo, además de los compañeros que siempre te van abriendo caminos también. Estuve seis años en el servicio informativo de Radio Olavarría, haciendo micrófono, producción, calle, aire, cubriendo elecciones, visitas de candidatos. Fue realmente una muy linda experiencia”.
En paralelo continuaría con su proyecto familiar y vendrían nuevas mudanzas. “En marzo del 2002 quedé embarazada, a fin de año nació mi primera hija, en el 2004 tuve mi segundo hijo, en el 2006 tuve mi tercer hijo. Bueno, la vida. Y en el 2006 lo que pasa es que nos sale un traslado por el trabajo de mi marido y nos vamos a vivir a San Nicolás. Ahí no trabajé. Después nos fuimos a vivir a San Juan”. Allí no se insertó en medios, sino que tuvo la experiencia de dar clases en tres materias de la carrera de Locutor Nacional que se había abierto en un instituto terciario. “La facu me vino en auxilio, los apuntes, los recuerdos, pararme frente a clase, hablar ante los alumnos”, resalta.
Finalmente, después de un tránsito por Santiago del Estero, donde trabajó en una radio comunitaria y tuvo su propio programa en la mañana, regresa a Olavarría y a su medio de origen. “Vuelvo a trabajar en Radio Olavarría, ya no en el servicio informativo sino con un proyecto propio, un programa sobre iniciativas comunitarias y solidarias en la ciudad. Lo hago durante 2 años al tiempo que empiezo a hacer micrófono ya en programas de interés general. Fue una experiencia también maravillosa, estuve seis años haciendo eso, otra vez notas, producción, micrófono, aire, cubrir campañas, elecciones y el día a día de lo que es una radio”.
En el 2019 deja la radio e ingresa a Canal Verte: “Es un canal que hace stream y también tiene una página web. Ahora estamos incursionando en edición de papel, así que estoy cumpliendo mi sueño de escribir para un diario, en una etapa en la que los diarios ya no son lo que eran cuando yo estudié”.
Carrera en el periodismo
“La formación no se detiene nunca”, señala Paula. “Me pasa ya que estoy en un medio donde, con 49 años, no soy la más grande, pero sí una de las más grandes. Ya estoy en muchas cosas pasando posta de cuestiones que uno aprendió y tomando contacto con las nuevas generaciones, que siempre es hermoso. En muchas cosas yo aprendo de ellos”. En este sentido, remarca la importancia del “intercambio generacional” en las redacciones: “Siempre pongo un ejemplo: fallece alguien que tuvo un gran peso en la ciudad, que tuvo un protagonismo en la ciudad. Por ahí uno con 25 o 26 años no sabe ni quién es, nunca lo escuchó nombrar. Y la persona más grande no solamente sabe quién es, sino que además es capaz de escribir un obituario”.
Paula Bottino recuerda cuando les preguntaban, en tiempos de la carrera, si Comunicación Social era lo mismo que periodismo y respondían junto a sus compañeras que era mucho más amplio. “Sí, es mucho más amplio que el periodismo. Yo me dediqué al periodismo, y la verdad que estoy tremendamente orgullosa y feliz de haber elegido esta opción. Es un campo profesional donde no la estamos pasando bien en general, hay que decir que los salarios son bajos, hay que decir que los modelos de negocio de los medios han ido cambiando y eso hace que muchas veces se ajuste por el lado del laburante, porque no dan los números, porque no se les ocurre otra cosa, porque es bastante complejo el hacernos valer en este sistema que se ha planteado, donde parece que si hacés lo que te gusta, encima querés cobrar bien”.
En suma, resalta: “Hay que ingeniárselas en este campo para hacer valer un poco más lo que uno sabe, lo que uno estudió, lo que uno es capaz de dar, y ahí hay que trabajar todavía”.
Por último, Paula retoma una cita de Kapuściński: “Éste no es un oficio para cínicos”. “Se pone el cuerpo en el periodismo. Uno se compromete con las historias, nos atraviesan los testimonios, sea que tenga que contar un caso de corrupción, sea que tenga que contar un caso de dificultades para acceder a los derechos básicos. Un femicidio. Al día siguiente de hacer esas coberturas o de publicar esas notas, algo te pasa. Y está bien que algo te pase, tiene que ser así. Es el lugar desde donde trato de ejercer mi práctica”.