Jugó en Primera de Patronato y pensó en estudiar Ciencias de la Educación, pero el horario de cursado lo dejó en las puertas de la Comunicación Social, profesión que ha desarrollado desde la prensa institucional y fundamentalmente, desde el periodismo mucho antes de recibirse de Licenciado | Trabajó en diarios, radio y en televisión y prepara su segundo libro | Dice que sigue siendo un jugador de fútbol | Su experiencia en primera persona.
Hace 26 años que se dedica al periodismo. Ingresó a la FCEDU en el año 1993 con 17 años. Escuchó el sorteo de la colimba un viernes: ese día no fue a la clase de Vilar. “Iba derecho a Marina 928, no me olvido más ese número”. Pidió la prórroga por estudios y al año siguiente, tras el asesinato del soldado Omar Carrasco, “se derogó el servicio militar obligatorio”.
Una curiosidad fue que cuando se fue a anotar a la Facultad, en realidad, iba por Educación. La historia es así: jugaba desde los seis años al fútbol y a los 16 debutó en la Primera de Patronato. Por esos años, Patronato jugaba los torneos de la Liga; si ganaba jugaba el torneo del Interior y si ganaba ese torneo iba a la B Nacional, “es decir, que yo por esos momentos jugaba a la pelota, estaba contento y ganaba mi sueldo, no me quería ir de Paraná”, define Washington Varisco. El día que llegó a inscribirse hubo dos situaciones llamativas: “una que cuando entro a alumnado veo hacia mi izquierda y los alumnos estaban fumando en la clase”. La segunda es que se encontró con que el cursado de Educación era sólo de tarde, “entonces la querida Coca que atendía alumnado me dice: también tenés Comunicación Social. Los dos primeros años de Comunicación se cursaban de mañana, a la tarde podía entrenar y jugar los fines de semana. Le dije: anotame acá“.
También jugaba a relatar y siempre fue fanático de leer los diarios y revistas deportivas como El Gráfico. En quinto año del secundario falleció su mamá: “Fue un cimbronazo, me hizo madurar de golpe. Mis hermanas estaban casadas, yo vivía con mi viejo y de lo espantoso que fue perder a mi vieja tomé valor y coraje para plantearme si irme o no –estaba la posibilidad de irse a Unión de Santa Fe–. Pero me quise quedar acá. Después me sirvió de fuerzas para sostenerme, hice fortaleza de ese dolor“.
En el año 93, recién ingresado a la carrera de Comunicación, hizo unas crónicas de partidos de fútbol de la Primera B local para El Diario. Sin embargo, considera que su inicio fue en el 94 cuando un compañero de curso, Dante, que ya hacía periodismo deportivo en FM RÍO le contó que acababa de abrir un nuevo diario: Hora Cero. “Fui, hablé con Ezequiel Ré que también era estudiante, un poco más grande que yo. Lo conocía porque cubría Patronato. Le dije si podía entrar a hacer crónicas al diario y fue todo muy rápido, era muy jovencito. Al año siguiente estaba a cargo de la sección de básquet y no paré más“.
Enseguida empezó a hacer televisión en Cablevideo de Paraná, algunas transmisiones de radio en LT14. Del periodismo deportivo fue corriéndose a explorar el periodismo de investigación y luego, también la prensa institucional. A principios del 95 hizo un clic: si yo quiero seguir en el fútbol me tengo que ir a jugar afuera, pensó. “Me estaba yendo bien con el periodismo y empecé a ganar más guita ahí que en el club. Salimos campeones del torneo local, clasificamos nuevamente el torneo del interior y nos dieron 15 días de vacaciones. Cuando volví a casa de la práctica dije no juego más y a los 15 días en lugar de presentarme como jugador me presenté como periodista a cubrir el entrenamiento de mis ex compañeros”.
La Facultad
“Si no hubiera habido una universidad pública, yo no hubiera podido ser un profesional, no hubiese podido ser nunca Licenciado”, advierte, por un lado. Pero además, la carrera “me abrió la cabeza a muchas cuestiones. Es cierto que apuntaba mucho a lo teórico y no te daba tanto la práctica. Yo me había orientado a ser periodista y quizá no encontraba eso, pero sí encontraba un bagaje cultural y teórico increíble y valoro mucho que nuestra generación tuvo la chance de tener docentes de una magnitud tremenda, tipos que escribían libros, que después fueron material de estudio, que hicieron películas, mujeres que fueron creadoras de teorías para estudiar después. Nuestra generación fue privilegiada por los docentes que tuvo”.
El hecho de empezar a trabajar durante la carrera fue el motivo por el cual “muchos dejaron de estudiar o no terminaron”. Washington atravesó ese momento: “Llegué a 39 materias y no tenía el título porque me había dedicado a laburar. No rendía. Hasta que un día me llama Fabiana Dato y me dice: Washi termina el Plan de Estudios año 85, o terminamos o hay que reconvertir las materias y vamos a perder muchas”. Era el año 2008, vivía en Sauce Montrull, trabajaba en el área institucional de la comuna –donde se desempeñó durante 23 años–, tenía un hijo de tres y su esposa estaba embarazada de su segundo hijo. Pero no sólo eso: era Coordinador de El Diario de Paraná, estaba como subjefe de redacción y a cargo de todo el cuerpo central y la tapa.
En nueve meses Washington Varisco rindió Corrientes del pensamiento, recursó Investigación en comunicación, hizo la pasantía y la tesis. Se recibió en febrero del 2009. “Fue una locura, vivía a 20 km de Paraná. En la primera clase de Caletti del recursado mi esposa Andrea me habla y me dice: quedate tranquilo pero me estoy yendo porque va a nacer“.
Dice que pensó en dejar pero que “uno, por ahí, logra lo imposible”: “En ese periodo mi nene estuvo internado dos veces muy grave, por eso digo, a veces, en los peores momentos uno saca la energía de donde no sabe para lograr el cometido. Lloré mucho cuando me recibí, lástima que tampoco mi viejo pudo ver eso. Era su sueño que yo terminara la carrera”.
Washington Varisco dice que nunca dejó de ser jugador de fútbol. “Es como un partido de fútbol, te da oportunidad, tenés derrotas, triunfos, fracasos, tenés alegrías, parece que está todo perdido y de repente lo das vuelta o al revés. Conocés la traición, la solidaridad, el compañerismo, la ayuda. Siempre digo que la vida es un partido de fútbol y tiene eso: cosas inesperadas”. Recibirse fue sacarse una mochila: “Si bien ejercía y me iba bien en la profesión, la posibilidad de obtener el título para mí fue ganar la copa”.
Trayectoria laboral
Trabajó 14 años en periodismo gráfico, siete en Hora Cero, donde llegó a ser jefe de la sección locales de Paraná con 26 años; y siete en El Diario de Paraná: “Empecé con Deportes, después estuve un año dirigiendo La Acción de Nogoyá y después fui Coordinador de la Redacción de El Diario”. En el 2008 dejó la gráfica para dedicarse de lleno a la televisión: “Fue una decisión muy fuerte renunciar a El Diario. Me fui con Cristian Bello a Canal 9 y a LT14. Después dejé para dedicarme sólo a mi programa, que había arrancado en el 2003 en canal Once: El pelotazo”. Es un programa de entrevistas a personajes del deporte que lleva 18 temporadas ininterrumpidas: “Arrancamos en el 2003 con Julián Stopello y en 2004 se sumó Sebastián Gálligo. Me ha dado las mejores alegrías de mi profesión y es como la creación, disfruto mucho de trabajar de eso, de lo que me gusta”.
También hizo radio en FM Litoral, FM Ciudad. En televisión, hizo además un programa de música folclórica con Orlando de la Cruz y un programa de investigación periodística propio, Impulso, “por el cual en el año 2009 tuve mi primera nominación a los Martín Fierro Federal por APTRA como mejor labor periodística en TV. Después tuve tres nominaciones más al Martín Fierro por El pelotazo, dos por televisión y una por radio. También fue algo maravilloso”.
Desde hace dos años conduce de 12:00 a 15:00 Mediodía de Noticias, el noticiero central del mediodía de Canal Once. “El periodismo de hoy es muy distinto de aquél en el que yo arranqué, allá por los 90. No había internet, no había redes sociales, no había celulares. Somos una generación que nació en una redacción de diarios, viendo cómo se revelaban las fotos y eligiéndolas con el fotógrafo, yendo a buscar noticias afuera. Hoy es otra cosa. De hecho, hoy los noticieros tienen tres productores, asistente, sonidista, camarógrafo. Cuando arrancamos, hace veinte años, muchas veces era tirar el centro y cabecear, los medios locales han crecido un montón”.
Dice que cuando da charlas en Escuelas de Periodismo o con secundarios intenta transmitir que “no hay que desesperarse porque las ideas por ahí no están claras a los 17, 18 años. El camino va aparecer, obviamente hay que buscarlo, pero aparece y la vocación fluye. Después podés tener la suerte y el privilegio de laburar de lo que estudiaste y de lo que te gusta y es un doble sueldo”.
En su tesis trabajó sobre la prensa institucional, tarea que “cuando arranqué, hace 25 años, estaba mal vista y era denostada. Hoy en día crecieron las áreas de prensa de todos los estamentos. También creció el marketing en el espacio privado. Pero en aquel momento no se veía muy bien al laburo de prensa institucional –señala–. Es interesante ver cómo ha evolucionado el espacio para la comunicación y prensa en los gabinetes institucionales”.
La profesión también le dio la oportunidad de animar festivales nacionales de música, presentar artistas, conducir carnavales. Escribió la biografía de Sebastián Bértoli, el ex arquero de Patronato y “ahora estoy escribiendo mi segundo libro, que es la biografía del ex capitán de la Selección Argentina Roberto El Ratón Ayala, que es paranaense”.
“Soy muy feliz de poder trabajar en lo que me gusta: soy muy feliz entrevistando, contando noticias. Amo hacer televisión”, sintetiza. “Agradezco a Canal Once por tantos años de estar ahí y poder meterme mágicamente en la casa de cada uno de las y los televidentes de Paraná y la provincia, es algo realmente maravilloso. Soy muy feliz de ser comunicador y de haber obtenido el título en la facu de la universidad pública”.
Producción general: Belén Cacik | Texto: Rocío Fernández Doval